Día del gato
Para describir algunas situaciones tendría que recurrir a un lenguaje soez. Estamos como perros y gatos
Hoy es uno de los días del gato. Como los hermosos felinos tienen siete y más vidas bien puede entenderse que tengan uno o más días (tres) para conmemorarlas.
Yo era gatuno. Siempre me cautivó su elegancia, pero ahora que he podido apreciar las virtudes caninas, por lo menos tengo un empate en mis sentimientos de afecto a tan apreciables criaturas, compañeras de los seres humanos de larga data y, por ello, plenamente domesticados.
La mala fama de los caza roedores les asigna el calificativo de traidores. Cualquier rato se van sin avisar, como cualquier asambleísta que se sale de su bloque pero, igual que estos, suelen regresar o con el rabo entre las piernas o muy impúdicamente.
A los canes en cambio, fieles por antonomasia, se los signa como vengativos y tienen la malicia requerida para orinarse en los zapatos de la persona que los reprendió por alguna mala crianza (nunca mejor dicho).
Ahora está de moda preocuparse por los animales que mantenemos como mascotas y especialmente cuando la insensibilidad humana los deja en estado de abandono. Parece autodefensa está actitud que algunos políticos han adoptado en favor de los animales, pero yo la comparto. Y múltiples instituciones tan serias como la Iglesia Católica tienen reservado el día de San Antón para bautizar a las mascotas.
Entre nosotros también han proliferado los albergues y ya no únicamente como bondadosa actividad privada, muchos municipios están en ello.
Por lo demás, al tiempo que el viejo hábito se incrementa, han proliferado los alimentos industrializados para beneficio de los de cuatro patas. Y no solo comida, que no solo de pan viven las mascotas, también ha surgido una amplia gama de ofertas de vestuario, que va desde lo sobrio y elegante hasta lo pomposo y ridículo. Solo falta que alguno de esos de los que siempre hay incorpore sus gatos o sus perros a los rotarios o a la masonería. A los leones no, corren peligro.
Queda claro que hoy día me dediqué a los animales para dejar en paz a los ídems. Y algunos políticos ya se están pasando. Corren el riesgo de ser arañados, mordidos o enjaulados. ¡Cuidado!