Día del Médico Ecuatoriano

Deseamos hoy reiterarles nuestro homenaje. Sus familiares y nosotros nos sentimos orgullosos de ellos
Mañana se conmemora el natalicio del precursor de muchas cosas trascendentes en el Ecuador: Eugenio Espejo. Su vida está llena de felices iniciativas y realizaciones que lo destacan como un gran faro de luz disipando las tinieblas coloniales.
Él, que sostenía: “vivir en el lado más oscuro de la Tierra”, la iluminó gloriosamente con la creación del primer periódico ecuatoriano: Primicias de la Cultura de Quito; la hizo brillar con sus disertaciones médicas; le ofreció alternativas para el desarrollo de su economía pero, sobre todo: fue el Precursor de la Independencia Nacional que, como un largo proceso, se inició bajo su inspiración el 10 de Agosto de 1809 y fue ahogado en sangre el 2 de Agosto de 1810, para resucitar el 9 de Octubre de 1820 en Guayaquil y avanzar hasta culminar en las faldas del Pichincha el 24 de Mayo de 1822.
La gratitud ecuatoriana ha homenajeado su vida y su obra estableciendo celebraciones de alto relieve como la que mañana tendrá lugar en ámbito nacional, recordando la fecha de su nacimiento en Quito (1747), suceso que se perenniza como Día del Médico Ecuatoriano.
Entre nosotros, el Colegio Médico del Guayas ha venido siendo celoso guardián de esas antiguas y nobles remembranzas. Por ello premiará a un grupo de colegas entre los que tengo el honor de encontrarme.
Oportuno sea el presente cañonazo, que suena un día antes del natalicio del Precursor, para agradecer al colegio, mi Colegio, todo su esfuerzo por revalorizar el sentido del ejercicio profesional en un país en el que pareciera que recién en razón de la pandemia se ha sabido entender la importancia de contar con discípulos de Hipócrates bien preparados, no solo para curar o prevenir enfermedades sino también para promocionar la salud y los hábitos saludables.
Ha sido notable la vocación de sacrificio y entrega valerosa de los colegas a lo largo de la evolución de la COVID-19 en la ciudad. Muchos perdieron su vida, contaminados mientras atendían a sus pacientes sin las adecuadas protecciones. Deseamos hoy reiterarles nuestro homenaje. Sus familiares y nosotros nos sentimos orgullosos de ellos.