El extraño comportamiento popular

En síntesis, los pocos con gran ‘gadejo’ se están aprovechando de la inacción de los más que, desgraciadamente, tampoco saben lo que quieren
¿Y después de la que está cayendo qué...? ¿Si la revuelta indígena logra imponerle su voluntad al país y desestabiliza al gobierno, cuál es el porvenir inmediato? ¿El retorno de los que nos obligaron a votar por Lasso en ánimo de mantenerlos alejados del poder? ¿O llega un tiempo nuevo en que la 'llacta' cobra otro sentido y aprendemos a adorar al Inti, luego de que ortigamos al prófugo y a sus borregos?
¿Ven algo así como posible, queridos compatriotas, o sospechan como yo, que detrás de todo lo que ocurre están los interesados en tomarse la Contraloría, tener la posibilidad de una amnistía como la otorgada a los facinerosos de octubre de hace tres años y retornar al poder para seguir saqueando al Ecuador y entregarlo definitivamente al control de una mafia político-delincuencial?
Yo que tengo certeza de que no estamos frente al mejor gobierno de todas las épocas, igual sé que la actual es una las peores épocas para gobernar, no me arriesgaría. ¿No creen que el Ecuador, después de la pandemia política llamada corrupción; después de la pandemia viral llamada COVID19; después de la pandemia inflacionaria llamada efectos colaterales de los injustos modelos de desarrollo y, además el vecindario y los coletazos de la invasión rusa a Ucrania, lo que está requiriendo es una junta de médicos?
Clínicos y cirujanos, porque habrá que diagnosticar y recetar, diagnosticar y amputar. También, por tanto, especialistas en rehabilitación y fisioterapia. Obviamente intensivistas. intensivistas, sí compatriotas, que no intensos, de esos tenemos demasiados y sobran. Por supuesto, psiquiatras y muchos pediatras para tratar de atender a los que todavía tienen comportamientos infantiles y se chupan cualquier caramelo que les pongan por delante. La necesidad de psiquiatras creo que no tengo que explicarla, tal cual la de oftalmólogos y sobre todo, especialistas en oídos y garganta, los mejores en curar o remediar la sordera y el apagón de voces orientadoras. Por mi cuenta, insistiría en gastroenterólogos. Las cosas están como para vivir con úlcera, al menos con gastritis, con reflujo.