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Gobernar es rectificar (V)

Avatar del Francisco Huerta

Hay que incluir la amplia gratitud por la vacunación y mucho más. Haremos nuevas visitas. Felicitaciones por el museo Cerro de Hojas-Jaboncillo’

Viajo a Manabí en compañía de dirigentes nacionales y provinciales del Guayas, del Frente Cívico Ecuatoriano. Vamos impactados por las innecesarias tensiones en Balao y alguno que

otro tiktok un tanto cursi (cursi, para que nadie agrande el cuento, es aquello que transita en la frontera entre lo refinado y lo ridículo). En la tierra de Alfaro, empezando está ocasión por Manta, queremos saber, después de casi nueve meses del ejercicio gubernamental de un régimen que recomendamos, cómo lo aprecian ciudadanos que también le dieron su voto. No se trata de curiosidad. Se desea realizar un ejercicio de responsabilidad política. Nos reunimos con un grupo de treintaicinco personas de diversos estratos socioeconómicos y generacionales. Algunos ya jubilados, pero con patriotismo activo. Lo primero que se lamenta es la ausencia de una política de comunicación. No puede ser que el presidente esté en todas. Por eso le pasó lo de Balao. Y no está bien. Definitivamente, él no es León Febres-Cordero. Creemos que en política activa no conviene adoptar estilos ajenos. Hay que ser uno mismo, pese a lo que determinados asesores sugieran. La gente en Manabí clama

igualmente por educación y salud. Ambas acciones se complican por la sensación de que los hospitales siguen estando sin medicamentos, especialmente los destinados a las enfermedades catastróficas. A las aulas no se puede llegar por las inundaciones. En lugar de tratar de readecuar al Rafael Rodríguez Zambrano, con un avance de 25 % a la fecha, algunos ciudadanos sugieren hacer un nuevo hospital en Tarqui, para cubrir otros sectores poblacionales: Manta ha crecido, su conurbación con Montecristi es cada vez más evidente.

Otros plantean usar el edificio que allá posee la Asamblea Legislativa. Todavía no están cubiertos todos los damnificados del terremoto. Asimismo, se reclama por los temas de seguridad. Tiene miedo de salir a la calle pero no de expresar que el gobernador no tiene

vínculos con la sociedad manabita, que no conoce quiénes son sus líderes y que por eso designa puros funcionarios vinculados a los gobiernos anteriores.