Un riesgo que vale la pena

"No está el país para más conflictos. La palabra a imperar debe ser colaboración. Al menos hasta controlar las varias pandemias: COVID-19, corrupción, etc."
Le preguntaron a Mafalda si practicaba deportes de riesgo. Ella contestó: sí. A veces doy mi opinión. Sin duda, atreverse a pensar es un primer acto de riesgo. Expresar lo pensado el que sigue.
En la escala del lujo después de auto propio y casa propia, lo más alto por alcanzar es opinión propia.
Ese lujo cultivamos quienes vivimos para opinar y más todavía cuando expresamos abiertamente lo que a nuestro real saber y entender es lo que debe decirse.
Por supuesto, ello es posible cuando se cuenta con medios de comunicación como el que aloja esta columna, que permite, sin censura, que sus colaboradores manifiesten con libertad sus puntos de vista; uso a propósito esa manera de definir: puntos de vista, que no verdades sacramentales.
Los únicos compromisos a los que estamos sometidos, y los asumimos sin complicaciones porque los compartimos, es tener en primer plano el interés nacional sobre cualquier otro, defender la vigencia de las libertades y publicar las informaciones contrastadas que afectan a los ciudadanos sin temor alguno que las limite.
Con eso por delante, toca ahora colaborar para que el inicio del nuevo gobierno cuente con nuestra visión crítica, repleta de las mejores intenciones. Ha resultado llamativo que incluso antes de su toma del mando, ya esté ejerciendo. De lo que se conoce, tuvo directa intervención en los acuerdos logrados en la Asamblea Legislativa y esperamos que igual haya ocurrido en cuanto a la adquisición de vacunas. La oferta de vacunar a nueve millones de ecuatorianos es por supuesto más creíble, que la de resolver grandes problemas nacionales en cien minutos. La de luchar contra la corrupción, pese al traspiés rectificado a tiempo, parece que va en serio. Presumo que en cuanto a renegociación del servicio de la deuda y la consecución de capital fresco no hay de qué preocuparse. Espero que a la publicación de este cañonazo ya esté nombrado el nuevo ministro de Gobierno. En la actual coyuntura, y siempre, esa es una pieza clave de cualquier gabinete ministerial. Hay en la cercanía del presidente muchos elementos capaces para ese alto cargo.