Santo Domingo de los Tsáchilas

Qué hermoso y di-verso es el Ecuador. Recorrerlo, para tratar de penetrar en sus esencias, es sumamente grato
Abandono la insistencia. Gobernar es rectificar, pero no logro que se lo haga. Sin embargo, no puedo abandonar el deber de informar cómo está cumpliendo sus tareas el gobierno que, desde el Frente Cívico Ecuatoriano, recomendamos elegir hace un año.
Acabo de estar en la antes conocida como Santo Domingo de los Colorados, antiguo cantón de la provincia del Pichincha, ahora provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. (La más joven provincia del Ecuador luego de Santa. Elena.) Santo Domingo, capital, es un gran crisol nacional. Gentes llegadas de todos los confines del Ecuador, y también de otras patrias hermanas, llevan bregando por su desarrollo desde el 2016.
Comenzando por las inquietudes de los maestros, aquí también aparecen con su justo reclamo, los jubilados impagos. Cuando reciben los valores que les corresponden, luego de largos años de trabajo, los reciben en bonos que redimen con descuentos que pueden llegar al 20 %. No es justo. Son jubilados sin júbilo.
Provincia propicia para la agricultura y la ganadería, el esfuerzo de sus habitantes ha redituado en la mejor producción de carne del país (en condiciones sanitarias que deberían mejorarse- hace falta un nuevo camal-) y en cultivos nuevos que van y vienen según el ritmo de la producción que generan y con escasa o ausente asesoría técnica, necesaria para determinar qué sembrar en cuál tipo de suelo. Mientras tanto, se da de todo y muy bien: en piñas dicen que están superando a Milagro, que es el cantón productor por excelencia de esa sabrosa fruta. El jugo que nos brindaron es magnífico.
En el camino observamos bastante maíz, plátano, la variedad orito, pitahaya, palma africana. Me dicen que también siembran maracuyá y preguntando por la sabrosa macadamia, obtengo un "en eso hemos disminuido".
En cuanto a lo político, sienten también la necesidad de modificar el denominado Código de la Democracia. Coincidimos en la propuesta de volver a la bicameralidad y la necesidad de requisitos mayores y vigilados en su cumplimiento para la formación de partidos políticos. Como en toda la República, evidencian repudio a su proliferación.