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Gabriela Panchana: Aprendamos de las consecuencias

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Nos hemos equivocado tanto que hemos retrocedido décadas en comparación con los países vecinos

La forma en que una sociedad elige a sus líderes refleja su madurez. Una sociedad inmadura es vulnerable a las trampas del populismo, ignora señales de corrupción o incompetencia, y suele priorizar el carisma sobre la verdadera capacidad para gobernar. Estas decisiones, aunque seductoras en su momento, pueden traer consecuencias profundas y duraderas. Un ejemplo es ese gobierno que, durante más de una década, dilapidó la mayor bonanza económica de nuestra historia.

Hoy pagamos el precio de esas malas decisiones. Las consecuencias afectan áreas clave de nuestra vida cotidiana: salud, economía, seguridad, educación, e incluso lo más básico, como la energía. Nos hemos equivocado tanto que hemos retrocedido décadas en comparación con los países vecinos. Las tinieblas que enfrentamos hoy son una evidencia irrefutable.

Sin embargo, aún hay esperanza. Si aprendemos de las consecuencias y asumimos nuestra responsabilidad, podemos cambiar el rumbo.

Madurar como sociedad implica:

Desarrollar un pensamiento crítico: cuestionar, analizar y debatir la información. Asumir nuestro rol como ciudadanos activos, lo opuesto a ser parte de un rebaño sumiso.

Evaluar a los candidatos más allá de sus discursos: investigar su trayectoria, no conformarnos con ‘outsiders’ ni novatos. No aguantamos más improvisaciones. Necesitamos líderes con temple.

• Comprender el impacto a largo plazo de nuestras decisiones: reconocer que afectan tanto el presente como el futuro, especialmente a quienes tienen menos recursos y opciones.

Solo asumiendo esta responsabilidad podremos elegir líderes que trabajen por el bienestar colectivo, y no por intereses de grupos económicos o políticos.

Es hora de madurar. Las élites, en particular, juegan un papel decisivo. Son ellas quienes facilitan espacios y apoyo a personajes que luego terminan en el poder, decidiendo el destino de este maravilloso y saqueado país llamado Ecuador.

Aún estamos a tiempo de elegir a los más calificados. Exijamos a los candidatos razones de peso para merecer nuestro voto. Involucrémonos en nuestro destino.