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Gabriela Panchana | Un Espejo para Nelsa Libertad

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Con tantos casos de corrupción, egoísmo, maldad que habían salido a la luz... era fácil perder la esperanza

En 2017 tuve el honor de estar en un homenaje que la M. I. Municipalidad de Guayaquil le rindió a Nelsa Curbelo. Ella acababa de sobrevivir un accidente cardiovascular, había estado varias semanas en cuidados intensivos, e incluso la habían revivido en el ínterin. Ese día ella contó algunas de las ideas que le faltaban poner en marcha en esa búsqueda permanente que ha sido su vida, para hacer el bien, para servir, para unir, para ser paz en los lugares más conflictivos y vulnerables.

Una de las ideas que comentó en ese evento me llamó mucho la atención, porque era algo que yo también había pensado. Nelsa dijo que era necesaria una campaña de comunicación donde se promoviera a los ecuatorianos sobresalientes por su bondad, por su entrega, a esos héroes anónimos que todos los días transforman vidas. Nelsa explicó que con tantos casos de corrupción, de egoísmo, de maldad que habían salido a la luz, era fácil perder la esperanza, la confianza, la autoestima como nación, y que ella sabía que son muchos más los buenos que los malos, solo que no tienen la misma visibilidad.

No sé si la visionaria Nelsa tuvo el apoyo para hacer esa campaña con la que soñaba, pero estoy segura de que el Premio Eugenio Espejo puede servir, al menos en parte, para ese mismo fin, para reconocer a una de las ecuatorianas más ejemplares, que, a los 82 años, aún reflexiona y aporta, a diario, para conseguir lo que más falta nos hace como país: la capacidad de relacionarnos entre diferentes, de aprender de nuestros errores y de construir en conjunto salidas a los obstáculos que parecen insuperables.

Nelsa Curbelo ha sembrado con amor incondicional más de 50 años de su vida llena de frutos aquí, en esta tierra fértil que es nuestro país. Ha sido reconocida internacionalmente, nominada dos veces al Premio Nobel de la Paz, y ha recibido muchos otros honores, pero hoy es justo y necesario que el Ecuador, a través de su Gobierno, le otorgue el Premio Eugenio Espejo por sus aportes a la cultura de paz, como un símbolo de que nuestro país valora los buenos ejemplos, la generosidad y la sabiduría en su máxima expresión: nuestra Nelsa Libertad.