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Gabriela Panchana: Ficción vs. percepción vs. realidad

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Nuestra realidad es tan asfixiante que hace que nuestra percepción sea triste, pesimista, casi resignada a ver más asesinatos

Cuando empezaba mi carrera como publicista, una de las campañas más icónicas fue la de la revista Rolling Stone, dirigida a sus posibles anunciantes para que cambiaran su percepción acerca de los lectores de la revista. La campaña comparaba la percepción versus la realidad, con el fin de cambiar los prejuicios que las marcas tenían sobre el tipo de lectores de la revista: ‘hippies’, con un estilo de vida anticonsumo, cuando; según la revista, eran más bien ‘yuppies’ (jóvenes profesionales urbanos) con gustos caros. Al mismo tiempo, en las clases de ‘marketing’ nos enseñaron una máxima: la percepción es igual a la realidad, de ahí que la gran batalla de las marcas es en la mente de los consumidores, y, en el caso de la comunicación política, en la mente de la ciudadanía.

Ahora bien, posicionar una marca con buena publicidad siempre exige que los atributos del producto sean compatibles con los beneficios que se van a vender en la comunicación. Hacer buena publicidad de un mal producto solo asegura la quiebra de la empresa, porque mucha gente se sentirá decepcionada ante las falsas expectativas. Esto también aplica a la política.

¿A qué viene este preámbulo? A que la estrategia de comunicación del Gobierno ni siquiera está trabajando en el campo de las percepciones. De plano está intentando convencernos de una ficción, como si nosotros, el 99,9 % de la población viviéramos en el mismo planeta donde parecen habitar el presidente y sus ministros.

Nuestra realidad es tan asfixiante que hace que nuestra percepción sea triste, pesimista, casi resignada a ver más asesinatos de comerciantes y pequeños emprendedores, en manos despiadadas de extorsionadores que quedarán en la impunidad, mientras (no me voy a cansar de repetirlo) el Gobierno en su pacto con la RC y el PSC dio el golpe institucional al CPCCS para reemplazar ilegalmente a una académica que había sido designada presidenta del Consejo de la Judicatura, por un exdefensor y excuñado de dos narcos del Cartel de Sinaloa. Esa es la realidad, y no hay pantalla ni pauta que la pueda ocultar.