Gabriela Panchana: Hoy gana Venezuela lo que Ecuador está a punto de perder
Durante todos estos años hemos sido objeto de envidia y admiración
Veinticinco años después de que el populismo de Hugo Chávez sedujera al pueblo venezolano con la refundación de su patria a través de una Asamblea Constituyente respaldada por el 88% de electores, sin imaginar que ese sería el inicio de un viacrucis que les ha costado práctica y espiritualmente todo, incluida la diáspora de ocho millones, y los miles de jóvenes que entregaron su vida luchando por la libertad, tengo mucha fe en que hoy llegó la hora de que Venezuela clame su victoria, de la mano de la única que podía liderar esta gesta: la heroína María Corina Machado.
Hace nueve años, en mi búsqueda ciudadana para evitar que nuestro país siguiera el mismo rumbo del chavismo, participé de una serie de intercambios con activistas y políticos de nuestra región, que también estaban luchando para recuperar la democracia. Así hice amistad con venezolanos, nicaragüenses, bolivianos, con quienes aún mantengo contacto. Notablemente, de estos países, el único que logró salir pacíficamente del populismo autoritario fuimos nosotros, específicamente con la consulta popular que conseguimos que Lenín Moreno convocara en febrero de 2018. Durante todos estos años hemos sido objeto de la envidia y la admiración de la resistencia de esos países que aún esperan conseguir lo que nosotros no sé si alcanzamos a valorar, ni tenemos idea de lo que significaría dejar que nos lo arrebaten.
Pues bien, queridos compatriotas, la dócil entrega del control de la Asamblea Nacional por parte de Daniel Noboa al correísmo y al PSC; la toma del CPCCS por parte de la misma alianza para poner a un exdefensor y excuñado de dos narcotraficantes del Cartel de Sinaloa como presidente del Consejo de la Judicatura, hoy a cargo de la renovación de la Corte Nacional de Justicia y de la evaluación de todos los jueces; la elección del reemplazo de la fiscal general -la joya de la corona-, ¡la elección del nuevo CNE!, todo esto está en proceso de consolidarse en las próximas semanas y meses. Y con ello despedazar la frágil barrera de institucionalidad que nos protege de una narcotiranía como la que ha sufrido, por casi tres décadas, Venezuela.
Aún podemos defender lo ganado. De nosotros depende.