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Gaitán Villavicencio: Democracia amenazada y feria electoral

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Los partidos y movimientos nacionales funcionan más como ‘tiendas electorales’ o partidos de alquiler

Hemos sido convocados 13,7 millones de ciudadanos, obligatoriamente, por el CNE a Elecciones Generales 2025, a votar, el 9 de febrero próximo (primera vuelta), en las elecciones de un binomio presidencial, de 151 asambleístas -nacionales, provinciales y de las circunscripciones especiales del exterior-, y 5 representantes ante el Parlamento Andino. De acuerdo al cronograma electoral se han inscrito un total de 17 candidaturas presidenciales.

Estas elecciones generales se producen en un contexto muy especial que soportan la región y el país, caracterizado por una profunda crisis económica, el embate del narcotráfico y la criminalidad transnacional organizada, el crecimiento permanente de la inseguridad y la violencia de las bandas, la vigencia de regímenes iliberales marcados por un creciente autoritarismo, incremento evidente de las desigualdades e inequidades. Mientras, en lo nacional aumentan cotidianamente la emigración internacional, el desempleo y la informalidad; somos el país con mayor tasa de homicidios agravados de la región, apatía frente a tantas elecciones y decepción persistente con la democracia y el sistema político, que no traen paz ni bienestar. En este complejo y complicado escenario se realizará el enredado proceso electoral. Destaquemos algunas de sus señas particulares: 1.- Luego de 15 meses de la última elección provocada por la aplicación de la muerte cruzada por parte del presidente Lasso, el presidente Noboa se lanza a la reelección, habiendo hecho una mediocre, casi mala, administración del Estado. 2.- La gran fragmentación del sistema político se produce en Ecuador a partir de un faccionalismo desde los grandes bloques políticos, siendo más marcado a nivel de derecha, que se descompone en 11 partidos; la izquierda en 6 partidos y movimientos nacionales. 3.- Los partidos y movimientos nacionales funcionan más como ‘tiendas electorales’ o partidos de alquiler; no han dejado que funcione la democracia interna ya que los candidatos fueron seleccionados previamente. La mayoría de estos no son militantes de las tiendas que lo promueven, incluso el presidente-candidato ha tenido que fundar recién su propio partido. Continuaremos.