Gaitán Villavicencio | Desproporción de la legítima defensa

Este castigo colectivo parece más una guerra de exterminio
Pensar en la Franja de Gaza me traslada a repasar lo que papá me contaba sobre las vesanias de Himmler y el gueto de Varsovia, que fue “creado por los nazis en noviembre de 1940, vivían 380.000 judíos en 8 Km2, y llegaron a ser 450.000; un infierno. También rodeados de muros con alambradas, reprimidos por soldados alemanes y vigilados por la policía judía”, según el periodista español Miguel Salas. Y agrega, mientras que “Gaza es un territorio de 360 Km2 en el que sobreviven 2,3 millones de habitantes rodeados por un muro. Es uno de los lugares con mayor densidad de población del mundo, y si ya era difícil la supervivencia, ahora se ha convertido en un lugar inhabitable. El 25% de las viviendas han sido destruidas por los bombardeos israelíes”. El ex -primer ministro inglés David Cameron lo llamó “la prisión a cielo abierto más grande del mundo”. Ambos casos son referentes de holocaustos, por lo cual debemos recordarlos y repudiar a sus facinerosos autores. Cualquier holocausto es una grave derrota a la civilización y afrenta a la condición humana. Los repudiables y atroces crímenes y secuestros cometidos por el grupo islamista fundamentalista y político Hamás, que gobierna la franja desde 2006, no pueden ser endosados a la población civil. Tras el 7 de octubre ya se registran 7 mil muertos, de los cuales 2.700 son niños, alrededor de 14 mil heridos y 1,5 millones desplazados como consecuencias de los permanentes bombardeos de la aviación y artillería israelíes. ¿Cuántos gazatíes deben morir para que Netanyahu y su extremista gobierno (partidos ultranacionalistas y ortodoxos religiosos) sientan que aplicaron la ley del talión, que llaman eufemísticamente derecho a la defensa, con el aval de EE. UU., Alemania y Reino Unido? Este castigo colectivo parece más una guerra de exterminio. Vale recordarle a Netanyahu (que enfrenta 3 juicios) que “la obligación más sagrada de la tradición judía es el Pikuach Nefesh, que consiste en preservar la vida humana. Esta obligación está por encima de cualquier otra ley. (…) Los están matando a nombre del pueblo judío. Y el mensaje del judaísmo es de vida”, señala la rabino estadounidense Alissa Wise.