Gaitán Villavicencio: ¿Es Ecuador ya un narcoestado?
Encontramos una cierta ligereza en la búsqueda de la verdad sobre lo que es un narcoestado
Desde que se difundió a la sociedad, a través de los medios de comunicación nacionales y regionales, el artículo del periodista inglés Alexander Clapp intitulado “Un viaje por el nuevo narcoestado del mundo: las drogas transformaron a Ecuador de una historia de éxito en América Latina a una zona de guerra”, publicado el 24 de noviembre 2024 por la revista mundial The Economist, de lectura obligatoria para el empresariado global, ha generado una enésima cantidad de comentarios favorables o contrarios desde la ciudadanía; y la repulsa total del mismo por los altos funcionarios del régimen. Nosotros haremos una evaluación de contenidos de este y la evaluación de su impacto en la opinión pública. 1.- Hay un divorcio total entre el largo y rimbombante título periodístico del artículo y las diversas entrevistas realizadas para sustentar la hipótesis central de este reportaje para empresarios. Se queda en la mera recopilación de información sin presentar la complejidad, dinamismo e interrelación de los hechos criminales del narcotráfico en una sociedad concreta e históricamente situada. 2.- Además el título es sensacionalista, podríamos decir amarillista, ya que el texto no está inserto en un contexto específico sino en un entorno de generalizaciones dado por las heterogéneas opiniones de los entrevistados. 3.- Encontramos un manejo inadecuado en la cronología de los hechos, lo que en algunos casos confunde, sin mostrar cómo y por qué Ecuador cambió como consecuencia del narcotráfico y sus manifestaciones posteriores. No dice nada sobre las múltiples crisis o policrisis que afectan al país y cómo facilitan la violencia e inseguridad. 4.- Encontramos una cierta ligereza en la búsqueda de la verdad sobre lo que es un narcoestado; Clapp nos apabulla con información recolectada, real y objetiva, pero en ningún momento nos propone un derrotero para comprender la realidad y más bien nos desinforma al no interrelacionar hechos entre sí. 5.- Finalmente, al no contemplar las crisis dentro de un capitalismo en crisis y una globalización neoliberal en decadencia, The Economist tiene su ‘target’ de lectores a los cuales informa, lo que no coincide con los objetivos de los países del sur global ni de sus poblaciones.