Gaitán Villavicencio: ¿Genocidio o guerra de ocupación?

Hace seis meses que el ejército israelí masacra cada día a la población civil de Gaza; hasta hoy se calculan más de 32 mil muertos por el sanguinario crimen cometido por el grupo armado Hamás, ilegal y negacionista, que cobardemente asesinó a 1.200 ciudadanos y secuestró 240 rehenes. La opinión pública mundial se encuentra conmovida por la desproporción de la respuesta militar a nombre de la legitima defensa. Este conflicto bélico que implica activamente a varias superpotencias y que crece como regional, nos obliga a observarlo en su complejidad y afectación a la esquiva paz mundial. 1.- Este beligerante y cruento contencioso se agudizó desde 1947 con el asentamiento del Eretz Israel y posterior creación del Estado en 1948, iniciativas llevadas adelantes por sionistas, radicales y laboristas, que fueron apoyadas por Inglaterra y EE. UU. como consecuencia de la Shoah y después por la ONU; pero nadie tomó en cuenta a la población asentada históricamente en Palestina, salvo tardía y momentáneamente de acuerdo a iniciativas geopolíticas de cada superpotencia. 2.- En resumen, desde el asesinato de Rabin y la desaparición de los exterroristas como Begin y Sharon después ex primeros ministros, o Dayán, plantearon la necesidad de lograr una solución política pacífica con los palestinos. Esta idea se fue esfumando como consecuencia del ascenso al poder del autócrata e intolerante Netanyahu, que suma ya 17 años. Ahora preside la alianza más extremista de su historia republicana conformada por ultranacionalistas y fundamentalistas religiosos, que presionan por la expulsión de los palestinos de Cisjordania y Gaza, a los que adjetivan como “animales humanos”. 3.- El grupo extremista de Hamás no representa a la población de Gaza, sino que como consecuencia de los conflictos internos en la Autoridad Palestina se enquistó en el poder de forma antidemocrática; y, resultado de la ocupación militar y al estado de Apartheid impulsado por colonos y supremacistas. Preguntamos a Netanyahu y sus ministros: ¿cuántos gazatíes deben morir para satisfacer esa necesidad de venganza?