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Gaitán Villavicencio | Geopolítica y  crisis institucional electoral

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Este escenario-mundo se agravó por los ascensos de regímenes de ultraderecha-nacionalistas

2024, año marcado por guerras fratricidas en Europa, Medio Oriente y África, de contenciosos no resueltos de la Guerra Fría, pero con elevadas cifras de muertos, mutilados, desplazados y refugiados, destacando el de la Franja de Gaza. Incluso hay una amenaza nuclear de Putin por Ucrania frente al intervencionismo de Occidente a través de la OTAN. Sobresale la incapacidad y obsolescencia de la ONU, entrabada por las potencias con capacidad de veto en el Consejo de Seguridad. Este escenario-mundo se agravó por los ascensos de regímenes de ultraderecha-nacionalistas debido al fracaso de la democracia liberal en algunos países del norte; pero también por cambios en el regionalismo mundial, como el protagonismo económico y político de China y expansión del grupo BRICS; y ante la incertidumbre por el segundo período de Trump y su amenazante propuesta MAGA. Vivimos un escenario-mundo inestable, con un sentimiento de malestar y pérdida de esperanza de sociedades donde las clases medias y obreras empobrecidas desde la crisis de las hipotecas de 2008 y desaparición del Estado de bienestar han elegido líderes racistas, populistas y/o fundamentalistas motivadas por propuestas ultras para resolver sus problemas inmediatos de inseguridad (cárteles/drogas e inmigrantes) y materiales (sueldos, trabajo, precios/inflación, vivienda), pero que provocan más desigualdades e inequidades. Pensamos que 2025 será más complejo y complicado por un capitalismo tardío con sus recurrentes crisis de sobreproducción.

Mientras que Ecuador, desde 2016, está afectado por una policrisis que ha impedido mantener un crecimiento económico adecuado. Cepal pronosticó una tasa de crecimiento de 0,8% para este año mientras el BCE predice que para 2025 será de 1,6% (¿¡). Este indicador destaca la incapacidad del régimen para lograr un conveniente desarrollo sostenido por su neoliberalismo, a lo que se agrega el despilfarro clientelar electorero de fondos fiscales, provocando mayor desinstitucionalización del Estado por los crecientes conflictos políticos electorales. Auguran un 2025 plagado de corrupción, violencia, apagones y autoritarismo.