Gaitán Villavicencio | Inmunidad presidencial y suprema corte politizada

El convicto expresidente Trump buscó por todos los medios -legales y extrajurídicos- para lograr una sentencia de inmunidad penal generalizada de sus actos como mandatario por parte de la Suprema Corte. Y por medio de una sentencia, de seis jueces comprometidos con él, tres a través de sus ideologías ultraconservadoras y tres nombrados marrulleramente durante su administración, pero con la oposición de tres juezas que hicieron un lúcido informe de minoría, esta le fue concedida. El engorroso fallo nos lleva a pensar en el sabio adagio castellano: no mires la paja en el ojo ajeno, observa la viga en el tuyo. Ojalá aprendan la lección embajadores, cónsules o generalas estadounidenses que nos vienen a pregonar modelos a seguir; reflexionen bien antes de publicitar.

Trump acusado de cuatro presuntos delitos federales y otros ‘estaduales’, ha buscado por medio de sofistas argumentos legales y operativos de su batallón de abogados, en el caso Donald Trump vs. EE.UU., señalando que “un presidente debe verse libre de trabas para tomar decisiones importantes con valentía (…). Un mandatario puede ordenar un golpe de Estado o el asesinato de un rival político sin ser imputado”, entre otras perlas cultivadas.

En esta época de policrisis creciente y sin salida de la modernidad capitalista, en el desorden mundial actual, de desconfianza y hostigamiento en la democracia liberal por el ascenso apabullante de las desigualdades e inequidades por un capitalismo voraz y en permanente situación de estancamiento que afectan a los estados y sociedades, se produce a lo interno una serie de manifestaciones nacional-populistas, xenófobas y ultraderechistas, que impactan a Occidente. En este contexto se da este peligroso retroceso constitucional. Se preguntan las juezas de la Suprema: ¿por qué el presidente es diferente, plantea Coney Barrett? Mientras la jueza Jackson advierte que la inmunidad podría convertir el Despacho Oval en “la sede de la actividad criminal en este país”. Para la jueza Sonia Sotomayor, de origen ecuatoriano: “En cada uso del poder oficial, el presidente es ahora un rey por encima de la ley”, y agrega, “con miedo por la democracia, disiento”.

Continuaremos.