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Gaitán Villavicencio: La presidencia de Milei

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En siete meses estos son los resultados del operador de la motosierra: en una economía en recesión

En Argentina hay una alternancia en el poder del Estado de más de 80 años, entre el populismo peronista, neomussoliniano de la república social, y gobiernos militares represivos; y paralelamente haber vivido muchas experiencias de los recetarios de las ciencias económicas en el país, pero todos han fracasado al no haber resueltos los conflictos históricos políticos y sociales. Ahora, en la segunda década del siglo XXI se produce un parto de los montes, con un nuevo y controvertido líder, Javier Milei, que se presenta como un anarco-capitalista (¿podrá coexistir esta contradictoria postura política?), vedete de la ultraderecha mundial, que no es más que un neo-menemista, según el analista Jorge Asís. Tras una campaña electoral, donde el candidato Milei innovó los rituales electivos con su presencia de roquero ‘demodé’, descalificando e insultando a sus oponentes, con propuestas de ajustes, vanagloriándose de que “ama ser el topo, soy el que destruye el Estado desde dentro”, triunfó en las elecciones y se posesionó en diciembre 2023. En siete meses estos son los resultados del operador de la motosierra: en una economía en recesión, profundizada por la fracasada administración kirchnerista, con un desplome real de la actividad industrial y el consumo, con miles de despidos y con una inflación persistente, el gobierno Milei aplicó una reducción del presupuesto fiscal, despido de funcionarios por disminución de la administración pública; descenso significativo de la inversión pública y social. Provocó una devaluación del 50 %, entre otras. “El peso del ajuste recayó sobre todo en las jubilaciones y en el poder adquisitivo del salario en un país con más de la mitad de su población en pobreza y miseria”. En su euforia refundacional planteó la Ley Bases y Puntos para la Libertad de los Argentinos, llamada también Ley Bases u Omnibus, que en su versión inicial contaba con 664 arts., que fue rechazada por la Cámara de Diputados. Por ello el presidente la calificó como “un nido de ratas”, entre otros improperios.

Dijo el vocero presidencial, “Nosotros no negociamos, pero aceptamos todas las sugerencias” y se presentó por segunda vez, una versión reducida con 238 arts. Se aprobó reñidamente el 12 de junio. Continuaremos.