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Presidente, asuma un liderazgo nacional sin asistencialismo ni populismo
Daniel Noboa es el presidente constitucional. Fue posesionado por la Asamblea para concluir el período gubernamental -interrumpido por la muerte cruzada- de Lasso y gobernar el país durante 18 meses. El gobierno de Noboa es transitorio por su corta temporalidad, pero también debido a la grave situación del país, afectado por múltiples crisis a enfrentar urgentemente, lo que obliga, a nuestro criterio, a modificar algunas características del modelo estatal vigente. En este contexto, destacamos que el presidente Noboa ha empezado bien su gestión al acordar con la Función Legislativa la corresponsabilidad en la gestión del Estado al concertar con algunas fuerzas políticas la nominación de sus autoridades. ¿Por qué en abril de 2021 la mayoría de actores políticos y sociales satanizaron un acuerdo, que fue el principio del fin del fallido gobierno de Lasso, y ahora en noviembre de 2023 sí lo acepta? También queremos resaltar algunas ideas válidas del conciso y breve discurso de posesión: su convocatoria viable a la unidad nacional para enfrentar las diferentes crisis que nos afectan, reconociendo y destacando la diversidad política e ideológica pero asimismo, nuestra unidad identitaria como ecuatorianos; su pragmatismo al reconocer el valor instrumental de la planificación para identificar, enfrentar y resolver los problemas; y el haber definido con su equipo un plan mínimo de gobierno basado en cuatro ejes: lucha contra la inseguridad, el crimen organizado y la hidra de la economía subterránea; la reactivación de la economía nacional y la creación de empleos juveniles; la política social, educación de calidad, salud y medicinas, vialidad, seguridad social sin olvidar el IESS; y la protección del medioambiente, enfrentando los riesgos de El Niño, el Yasuní-ITT y el Chocó Andino.
Presidente, asuma un liderazgo nacional sin asistencialismo ni populismo, de manejo territorial; vincúlese con los regímenes seccionales, sin exclusión; sea siempre dialogal con todos, implante una democracia deliberativa, como propone Jurgen Habermas; con gran transparencia presente su desvinculación real de los negocios privados familiares; concentre sus esfuerzos en estos 18 meses y enrumbe los cambios, que posiblemente el 2025 vendrá por añadidura.