2021: políticamente enredado

El año que está concluyendo no solo ha estado influenciado por la continuación, con rebrotes de la pandemia de coronavirus sino por una serie de hechos políticos provocados por actores concretos que han determinado la marcha de la triada Estado- sociedad y economía durante este período.
Por espacio, solo destacaremos los más enredados: 1.- En febrero se realizó la primera vuelta para la elección de las máximas autoridades de las funciones Ejecutiva y Legislativa. Se presentaron 16 candidatos presidenciales, lo que llevó a la fragmentación de la votación y mostró la debilidad del sistema de partidos y movimientos políticos como falencias del Código de la Democracia. Continuaron las sospechas de manipulación de resultados electorales por la obsolescencia de los equipos de computación y los cotidianos enfrentamientos entre miembros del CNE. 2.- Desde 2017 se complicó más la situación del sistema penitenciario nacional por el abandono histórico e irresponsable del Estado y por los excesivos recortes presupuestarios del ineficiente y corrupto gobierno de Moreno, que permitieron que las bandas de detenidos se aprovechen y controlen las cárceles. En lo que va del año se han producido 327 asesinatos agravados en motines y enfrentamientos, y aun con decretos de excepción el Estado no logra imponer su control en este caos institucional. 3.- La noticia positiva del año ha sido el programa 9/100 del debutante presidente Lasso, que se propuso vacunar a 9 millones de personas en los 100 primeros días de gobierno y lo logró. Aunque está fracasando en resolver la carencia de medicamentos e insumos hospitalarios por la corrupción de los gestionadores públicos, mafias comerciales y asociados políticos, herencia del trío Moreno-Romo-Martínez, al cual apoyó irrestrictamente. 4.- La ruptura del pacto CREO-PSC debilitó más al endeble gobierno Lasso frente a la polarizada Asamblea, donde UNES tiene 48 asambleístas, en relación a la conducción legislativa y conformación de comisiones , y para aprobación de proyectos de ley, restándole capacidad de maniobra al régimen, salvo con acuerdos de trastienda. Se avizora un 2022 conflictivo.