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50 años de un golpe de Estado criminal

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50 años después, Chile no puede aún superar su pasado y alcanzar la reconciliación

Mañana se conmemoran 50 años del golpe de Estado en Chile, ejecutado en unidad por la burguesía conservadora y derechista, las fuerzas armadas y carabineros, y el gobierno de EE. UU. de la época -encabezado por el destituido Richard Nixon y su principal asesor, el halcón Henry Kissinger- contra el gobierno constitucional del socialista Salvador Allende y la coalición partidista de la Unidad Popular, que impulsó un proyecto político de una vía pacífica y legal hacia el socialismo que Eugenio Tironi caracterizó como “democrático, pluralista y libertario”, como el propio Allende definió: “la vía chilena al socialismo con olor a empanada y sabor a vino tinto”. Esta efeméride del quiebre democrático es un ejercicio de la memoria histórica todavía sometida al ‘clivaje’ de la polarización y el miedo, debido a la violencia, vesania y represión con que actuaron las fuerzas armadas comandadas por el tirano Pinochet y la CIA, desde la fría mañana del 11 de septiembre, con el bombardeo aéreo y terrestre al palacio presidencial de La Moneda, con el presidente constitucional aún adentro; la caravana de la muerte del gral. Arellano Stark, los detenidos ejecutados en el estadio Nacional, los torturados en el buque escuela Esmeraldas, el campo de concentración en la isla Dawson, los asesinatos por la DINA de Letelier en Washington y del gral. Prats y esposa en Buenos Aires. La lista de actos contra los derechos humanos en que incurrieron estos autócratas es larguísima, calificados mundialmente como un “retroceso civilizatorio”.

El Informe de la Comisión Verdad y Reconciliación de 1991, que impulsó Patricio Aylwin, primer presidente democrático (1990-1994), destacó que durante el régimen de Pinochet 1.469 personas fueron desaparecidas; solo 307 fueron halladas e identificadas. Por demanda social, el presidente Boric, en el contexto de esta conmemoración, propondrá una ley para continuar con la búsqueda de los desaparecidos como política de Estado. Medio siglo después se hizo justicia por el asesinato del cantautor Víctor Jara; siete militares fueron condenados por la Corte Suprema por secuestro y homicidio. 50 años después, Chile no puede aún superar su pasado y alcanzar la reconciliación.