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Balance Ecuador 2022

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El gobierno del banquero presidente del Opus Dei que, inicialmente, levantó expectativas, particularmente en los sectores medios, logró el mayor éxito de su régimen, hasta ahora

El primer año de la pospandemia resultó muy complejo y difícil para el pueblo ecuatoriano, por múltiples motivos, entre los que mencionamos: el inequitativo fiscalismo, el alto costo de la canasta básica, la inflación zigzagueante y persistente, la indecisión e impericia gubernamental, el incumplimiento de la oferta electoral, el conservadurismo ideológico y la amoralidad empresarial, entre otros. El año 2022, que ha concluido, nos deja además un cúmulo de pesares y sinsabores por la inseguridad, el miedo colectivo y la incertidumbre frente al futuro próximo, como también más emigrantes e informales.

El gobierno del banquero presidente del Opus Dei que, inicialmente, levantó expectativas, particularmente en los sectores medios, logró el mayor éxito de su régimen, hasta ahora, con el programa de vacunación masivo que redujo significativamente la mortalidad por la COVID-19, pero concluye el año con un 18 % de aprobación por sus yerros, indiferencias y tareas incumplidas, imputables a su escasa experiencia -ser empresario bancario no garantiza ser un estadista- y nula pericia de sus novatos “libertarios”.

El régimen se vanagloria actualmente de “haber puesto la casa en orden”, según su ministro de Economía significa haber reducido el déficit fiscal en más del 50 %, pero a costa de haber invisibilizado a la inversión pública, lo que les preocupa es quedar bien con el FMI, aunque algunos ortodoxos analistas exijan más austeridad y achicamiento estatal. Pero hasta ahora no responden sobre quiénes son los bonistas beneficiados con la deuda “eterna”.

Otro problema preocupante para el país es que, innegablemente, hay una reactivación económica, pero sin generación de empleos dignos, lo cual es preocupante desde todas las perspectivas, menos de la gubernamental, como se puede observar en los justificativos de la nueva propuesta del presupuesto fiscal 2023 enviado a la Asamblea.

Otras contrariedades colectivas a mencionarse son: los conflictos políticos entre funciones del Estado, principalmente las existentes entre el Ejecutivo y el Legislativo; y, entre el Quinto Poder y el Legislativo. Así como la agudización de la crisis en la administración de la Justicia, por el sospechoso comportamiento institucional de algunos jueces con narcos y políticos sentenciados.