Comentarios a plebiscito de salida

Polarización e indecisos complican el resultado plebiscitario, pero rechazadores y apoyadores coinciden continuar el proceso de reformas por el país a construir
Hoy en Chile se está votando un plebiscito para decidir una nueva Constitución, convocando a 15,1 millones de electores. Esta propuesta constitucional deberá reemplazar a la de 1980 promulgada por la dictadura de Pinochet, que al final del régimen militar como en democracia tuvo decenas de reformas, como las de 2005 en el gobierno de Lagos. Con todos los retoques, la Constitución actual, en sus 42 años, coadyuvó a la fractura social y a agudizar las desigualdades, al estallido popular de 2019 y a mantener el conservadorismo institucional, por lo que debe ser cambiada. Un largo proceso constituyente se impulsó a raíz del estallido social, que produjo intensas jornadas de protestas nacionales, algunas de gran violencia y otras de masivas manifestaciones pacíficas, demandando acceso digno a bienes sociales. Ante el ataque a cuarteles militares que ponían en riesgo a la democracia el sistema político buscó una salida a la crisis a través de un acuerdo pluripartidario de paz social y nueva constitución suscrito el 15 de noviembre 2019. El 25 de octubre 2020 se celebró el plebiscito de “entrada” para constatar si los chilenos querían o no una nueva Constitución; el 80 % apoyó la propuesta y que se ejecutara a través de una Convención Constitucional de 155 miembros. En mayo de 2021 se realizó la elección de los constituyentes y el 4 de julio la Convención comenzó a laborar. El nuevo texto tiene 388 artículos y 57 normas transitorias, divididos en 11 capítulos. El debate convencional fue intenso y complejo, sin partidos y con una derecha casi ausente, solo tuvo 37 elegidos. El texto final tiene vacíos e imprecisiones, no hay ninguna Constitución perfecta. Plantea novedosos aportes dentro del constitucionalismo como la democracia paritaria de género, consagra el Estado ecológico, la interculturalidad, descentralización y el Estado regional, entre otros. Pero también generan gran rechazo, el Estado plurinacional y autonomías territoriales indígenas, presidencialismo atenuado, la desaparición del Senado, el pluralismo jurídico, etc. Polarización e indecisos complican el resultado plebiscitario, pero rechazadores y apoyadores coinciden continuar el proceso de reformas por el país a construir.