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Juicio político y gestión gubernamental

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Ante su crisis de identidad, el Gobierno acumula enfrentamientos y desacuerdos con la mayoría de los sectores sociales

Todos los ecuatorianos preguntamos, ¿cómo es posible que un gobierno elegido por el 52 % del electorado, antes de cumplir la mitad de su período solo el 10% lo apruebe? Tenía un plan de gobierno que presentó; ¿qué pasó que no lo ejecutó? El banquero candidato sabía del país a recibir por parte de su ‘amigo’ Lenín Moreno; conocía los problemas provocados por la recesión y los impactos socioeconómicos de la pandemia, para eso se había preparado durante 12 años. ¿Realmente estaba preparado? Un oficio no hace a un presidente peor a un estadista. Creemos que el banquero presidente del Opus Dei merita la censura y la destitución por el desgobierno de su administración (pero no vamos a tratar este tema); nos importa destacar cómo en una formación social las crisis se multiplican. No interesan solo las pugnas entre actores políticos y sectores sociales; toca saber las decisiones a quiénes benefician, qué facción hegemoniza la gestión en una situación de ingobernabilidad y bajos niveles de eficacia de resultados. Lasso representa, fundamentalmente, al sector financiero-bancario, por su biografía y por su práctica laboral y mentalidad, por ello su plan neoliberal y conservador choca con la realidad nacional actual, provocando enfrentamientos con actores sociales y políticos al no atender las demandas colectivas, que han ido generando conflictos y desencuentros. De nada le han servido el ‘tanque de pensamiento’ Ecuador Libre ni sus empleados, los libertarios, que han caído seducidos por las corruptelas del poder; tampoco su endeble y casi ausente estructura partidista, que expresa una carencia de cuadros políticos y que se visualiza en los gabinetes ‘colcha de bregué’ que debe constituir. Ante su crisis de identidad, el Gobierno acumula enfrentamientos y desacuerdos con la mayoría de los sectores sociales, con grupos empresariales y con ‘el triunvirato del mal’ (Correa, Nebot e Iza), por los servicios públicos ineficientes, nula inversión social, incapacidad en la lucha contra la delincuencia y crimen organizado; corrupción en las empresas públicas, que entre otros yerros lo convierte en un gobierno insostenible, ya que no conocemos su voluntad y deseos de cambio en beneficio del pueblo.