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Justicia: entre la plata o el plomo

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Recordemos que al Gobierno y élites poquísimo les ha interesado el desarrollo de la Función Judicial, o las cárceles

En el populismo penal de las dos últimas décadas, fomentado por partidos derechistas y líderes clientelares obsesionados con el poder, que explotando los sentimientos de temor y miedo por la creciente inseguridad producida por el narcotráfico, a través del crimen organizado y delincuencia común, en la ciudadanía exigen a la Administración de Justicia, a partir de un doble discurso demagógico, aplicar con mano dura un código penal con altas penas, pero sin tener en cuenta las limitaciones materiales e institucionales de la Función Judicial, ni de los otros componentes del sistema de control social, pero con los silencios casi permanentes del Poder Ejecutivo, la Asamblea Nacional, Consejo de Participación Ciudadana, Corte Constitucional y medios de comunicación.

La Función Judicial, desde 1830, en el modelo constitucional republicano ha sido la más débil y pobre del Estado, tanto a nivel de sus competencias como en su autarquía. Aun con la complejidad del Estado contemporáneo la situación continúa violentando el Estado de derecho. Actualmente, el complicado y delicado entorno sociopolítico existente por el pornográfico ‘ménage á trois’ (trío) entre administradores de Justicia, delincuentes y funcionarios corruptos, hace que la situación se vuelva sumamente peligrosa para impartir justicia, de acuerdo a los estándares internacionales y para profundizar la democracia y la paz social. Los narcotraficantes, a través de sus cárteles globales y las bandas criminales locales, chantajean a los operadores, amenazándolos a ellos o a algún miembro próximo de su familia, al estilo Pablo Escobar “plata o plomo”. Varios jueces y fiscales ya han caído abatidos por las balas de los sicarios. Como dice el dicho castellano: “como de todo da la mata”, también hay una serie de funcionarios corruptos que se benefician emitiendo fallos controversiales s favor de políticos condenados por pillos, a narcotraficantes y líderes de las bandas criminales locales sentenciados. Finalmente, recordemos que al Gobierno y élites poquísimo les ha interesado el desarrollo de la Función Judicial, o las cárceles, salvo cuando el Estado está desbordado por la violencia, como en la actualidad.