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Lecciones poselectorales

Avatar del Gaitán Villavicencio

La democracia exige respeto a la decisión ciudadana.

Las elecciones seccionales últimas han dejado un conjunto de enseñanzas que deberían alimentar y fortalecer al sistema político y provocar nuevos liderazgos, para que no queden minimizados en la memoria histórica como un hecho político negativo e intrascendente, simplificándolo al triunfo del ‘enemigo’ correísta, la derrota de un gobierno débil y errático y la inexistente estrategia de un bloque al poder -dividido y visceral-, que incluye a medios de comunicación con posturas casi militantes.

En general, según las autoridades electorales el proceso de sufragio se desarrolló con normalidad y sin novedades, lo que fue también confirmado por los observadores internacionales. Pero el hecho más preocupante de la coyuntura electoral es el (re)aparecimiento en el escenario nacional de la violencia y el crimen político, en la modalidad de sicariato, particularmente en la costa, con el asesinato de un candidato a alcalde en Puerto López y otro gravemente herido en Portoviejo; más 2 intentos fracasados en Palestina y El Carmen, según la estadística policial.

Otro punto a relievarse es el fracaso relativo de las encuestadoras, con sus encuestas y sondeos de opinión; estos no son pitonisas del triunfo sino fotografías de un momento del proceso electoral, y sirven para conducir la campaña de cada candidato en su jurisdicción para posicionarlo. Por ello se entiende sus desaciertos, por la distorsión de su objetivo central, y se convierten en una falla o inmadurez de los sujetos políticos, o sino simplemente en una estafa. Los que sí fracasaron estruendosamente fueron los ‘exit polls’ y los conteos rápidos aplicados, como en los casos de Cedatos y Ecuavisa. Según al CNE, las 4.380 juntas receptoras de votos fueron visitadas por el 80,74 % de sus inscritos, lo que destaca un alto nivel de participación ciudadana en esta gesta cívica. Además, el gobierno de CREO convocó a una polémica consulta plebiscitaria, pero perdió en todas las preguntas por una ausente estrategia comunicacional a la desconfianza popular. Ahora algunos adláteres del régimen argumentan un fraude sin mostrar pruebas. La democracia exige respeto a la decisión ciudadana.