Paros, violencias sociales y acuerdos
En el actual paro nacional convocado por la Conaie, y apoyado por Fenocin y Feine, sus principales actores son los indígenas y campesinos del país. Geográficamente, la sierra central y norte están paralizadas, mientras el resto de provincias funcionan a media llave, con movilizaciones intermitentes.
En el último medio siglo, desde las dictaduras de los 70 del siglo XX hasta el actual gobierno del banquero presidente del Opus Dei, han proliferado los paros nacionales por diversos motivos, predominando el reclamo por el empobrecimiento de grandes sectores sociales; este mecanismo sociopolítico contiene una serie de pasos como demandas sociales, paralizaciones de actividades, movilizaciones y enfrentamientos con la fuerza pública, violencias y vandalismo, negociaciones y acuerdos. Estos últimos, por lo general, han sido irrespetados por los gobiernos de turno. En el actual paro nacional convocado por la Conaie, y apoyado por Fenocin y Feine, sus principales actores son los indígenas y campesinos del país. Geográficamente, la sierra central y norte están paralizadas, mientras el resto de provincias funcionan a media llave, con movilizaciones intermitentes. Lo novedoso de este paro y del anterior es la duración, el de ahora lleva 12 días y el de octubre 2019 duró 13, mientras los del siglo XX solo se extendían durante 24 o 48 horas, no más, salvo los territoriales que buscaban la provincialización o legalizar un cantón. El comportamiento de los gobiernos ha sido similar todas las veces, reprimir, impedir por alguna dádiva que otros sectores sociales plieguen a la medida de hecho, o acordar con los dirigentes la satisfacción de las demandas planteadas.
El gobierno de Lasso por sus limitaciones ideológico-programáticas e inexperiencia en gestión gubernamental nunca dio atención a las demandas presentadas por la Conaie en sus 13 meses en el manejo del Estado, sino ahora cuando le estalla el paro nacional el 13 de junio. Además, este errático e improvisado régimen acumula otras demandas como las de la UNE y el FUT, lo que le ha hecho perder solvencia, confianza y credibilidad. Lamentablemente, errores gubernamentales como la inoportuna detención del presidente de la Conaie, el allanamiento de la sede de la Casa de la Cultura, la represión exagerada, la tardanza en la toma de decisiones, entre otros factores, han aumentado la intransigencia e inflexibilidad de los protestantes, afectando a la economía, a la paz social y a la democracia.