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Perspectivas Ecuador 2023

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Las funciones del Estado deberán impulsar urgentemente acuerdos políticos que garanticen gobernanza democrática...

Analistas internacionales pronostican un 2023 problemático, que distancia cada vez más el crecimiento económico del bienestar colectivo. Pero contradictoriamente, en este escenario global algunos estudiosos nacionales auguran un mejor desenvolvimiento al país en el primer componente, aunque con muchas dudas sobre el segundo. El 2023, año electoral y de consulta plebiscitaria, exige cambios efectivos, no clientelares, al modelo económico del Gobierno, como una mayor inversión que priorice las demandas de los vulnerados por la crisis económica y agudizada posteriormente por la pandemia. El Ecuador pospandémico requiere una reactivación económica prioritaria, basada en tres ejes estratégicos: diversificación productiva, innovación tecnológica y multiplicador del empleo decente; basada en una democratización del crédito y convenientes tasas de interés, no en función del beneficio exclusivo del oligopolio bancario sino de acuerdo a objetivos nacionales, fijados colectivamente. Revisión del patrón de endeudamiento externo requerido para la reactivación y no por imposición del FMI o los bonistas, buscando en fondos multilaterales y sistema financiero internacional los más beneficiosos para el país. Impulsar y concluir el cambio de matriz energética, priorizando proyectos de real beneficio al país, pero teniendo en cuenta la problemática del cambio climático; no recibir proyectos con defectos constructivos hasta que estén en óptimo funcionamiento comprobado. En inversión social se deben priorizar cuatro áreas estratégicas: educación, salud, seguridad ciudadana y seguridad alimentaria. La concentración de la inversión estatal en estas áreas impulsará significativamente la reactivación económica pospandemia. Las funciones del Estado deberán impulsar urgentemente acuerdos políticos que garanticen gobernanza democrática, lucha contra toda forma de corrupción y al crimen organizado; una administración de justicia eficiente y el fortalecimiento de los regímenes seccionales. Coadyuvar para que los preteridos entes regionales como Celac y Unasur resurjan, con participación de todos los países, sin exclusión, que permitan a Ecuador tener protagonismo en la nueva mundialización.