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Preelecciones seccionales 2023

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Por ello los estruendosos fracasos de organizaciones políticas y de sus líderes, afectando a la institucionalidad y desarrollo local

Según el calendario del Consejo Nacional Electoral (CNE), nos encontramos en la fase de selección de los candidatos, o de reelección de los elegidos, a los poderes locales por las organizaciones políticas habilitadas, o de alianzas entre las mismas, para los comicios del 4 de febrero del 2023, también llamadas primarias (22 de junio - 5 de agosto). Lo que provoca una eclosión exponencial de postulantes, generalmente reciclados y/o con escasa presencia de nuevos perfiles (se calcula alrededor de 90 mil precandidatos); y que se visualicen, una vez más, los problemas del sistema político, su nivel de representatividad, como también la baja calidad de los futuros elegidos locales, provocando más descrédito a la institucionalidad estatal de cercanía.

Los regímenes seccionales están identificados como los espacios específicos de mayor cercanía entre la ciudadanía y el Estado, para la resolución de los problemas y facilitador-correa de transmisión de todos los beneficios que un Estado democrático entrega.

Se necesita buscar estos candidatos, reciclados o nuevos: 23 prefectos y 23 viceprefectos, 221 alcaldes, 864 concejales urbanos y 443 concejales rurales, 4.109 vocales de juntas parroquiales y 7 consejeros del CPPCS, o quinto poder. Todo lo cual suma 5.633 dignatarios locales a elegirse para 2023, a través de 276 organizaciones políticas (partidos y movimientos) y 13’450.047 electores habilitados. Según el CNE, hasta el 3 de agosto se registraron 130 alianzas electorales: 75 fueron inscritas y 55 están en verificación de requisitos.

Una vez más se han activado las tiendas partidistas electorales, como las denominó Amparo Menéndez-Carrión. En los niveles seccionales funcionan realmente cada dos años en momentos electivos (de presidente, asambleístas y autoridades locales), haciendo funcionar sus mecanismos clientelares y el baratillo de ofertas, que nunca cumplen.

Otra tradición electoral nacional es que los candidatos, seguros o posibles, solo se preparan para ganar la elección en la que compiten, pero no se forman para el ejercicio del poder y la gestión de la administración pública. Por ello los estruendosos fracasos de organizaciones políticas y de sus líderes, afectando a la institucionalidad y desarrollo local.