La segunda oleada progresista

El ciclo actual basa sus victorias electorales en luchas contra ultraderechistas iliberales
El estrecho triunfo de Lula en el balotaje brasileño reciente permite destacar que en las cinco grandes economías de la región se ha dado un giro político pendular desde la derecha hacia la izquierda, que responde a procesos coyunturales, pero que también son un resultado de tendencias históricas que caracterizan a estas formaciones sociales. Pensamos que es necesario que definamos a la “segunda oleada” y que, además, la diferenciemos de la “primera ola”, de inicio de este siglo, para entender los ciclos políticos en América Latina-AL.
Esta segunda ola-2o se produce en un contexto de recesión económica global que ralentiza la reactivación y al multiplicador de empleo, los retrocesos provocados por la mortífera pandemia y sus onerosas restricciones pos-COVID, el embate del narcotráfico y sus secuelas crecientes de violencia criminal, escaladas narcoterroristas y una derrotada guerra a las drogas impuesta externamente, incremento de las desigualdades y de la pobreza, entre otros problemas. Mientras la primera ola se dio en un escenario de gran bonanza económica regional, debido a los altos precios de los commodities, lo que les permitió impulsar políticas y planes sociales redistributivos.
La 2o busca la estabilidad en lugar del cambio. Apunta a restablecer y afianzar los logros del primer momento, para lo cual no cuenta con destacados liderazgos carismáticos, sino con amplias alianzas políticas, inclusive con liderazgos de centroderecha. Sus compromisos son con la democracia, el feminismo y la ecología, principalmente.
El ciclo actual basa sus victorias electorales en luchas contra ultraderechistas iliberales como Keiko Fujimori, José Kast, Rodolfo Hernández y el uribismo, el “trumpista” Bolsonaro, o el fracasado Mauricio Macri. Rescatan el inconformismo colectivo con el presente y las expectativas de los pobres y vulnerados. Sus triunfos no se generaron en las grandes movilizaciones sociales, salvo en Chile y Colombia, donde sí acrecentaron las candidaturas de Boric y Petro.
En AL no podemos hablar de la izquierda, sino que debemos mencionar a las izquierdas, ya que plantean agendas diversas, inclusive con discrepancias como, por ejemplo, sobre el extractivismo, o en materia energética, entre otras.