Violencia, homicidios, narcodelincuencia

Se prevé un 2023 sangriento y traumático si no hay rectificaciones.
Hemos vivido un 2022 preñado de violencia, elevado aumento de asesinatos agravados, proliferación de bandas delincuenciales locales y de cárteles globales, contrabando de armas y explosivos, masacres en cárceles hacinadas, corrupción en la administración de Justicia, pero también con ataques contra funcionarios judiciales y autoridades penitenciarias, asesinatos de policías por grupos criminales, entre otros problemas. Además, el país registra altos niveles de decomisos de alijos de drogas, con bajo índice de captura de capos mafiosos. La situación delincuencial del Ecuador ha sido durante el 2022 verdaderamente alarmante y trágica en todos sus componentes. Al mes de diciembre pasado, la tasa nacional de homicidios registrada fue de 25,9 homicidios sobre 100 mil habitantes, siendo una de las más altas de la región y un demérito por primera vez alcanzado como país. Ocupamos el cuarto puesto regional, solo somos superados por Venezuela con 40,4, Honduras 35,8 y Colombia 26,1; incluso superamos a México, que presenta una tasa de 25,2, según el Balance Anual de Homicidios de Insight Crimen. Este Informe de homicidios también destaca que …“los altos niveles de cocaína que ingresaron al país intensificaron la violencia y asesinatos alcanzando niveles récord”. Además, sostiene a partir de gráficos estadísticos, cómo durante una década se registró un bajo y estable indicador pero que se rompe a partir de 2019, cuando la curva comienza a elevarse de manera exponencial hasta la fecha. Lo cual coincide con los dos últimos gobiernos neoliberales, que hicieron gala de gran ineficiencia y desidia con relación a la seguridad humana, ya que estaban -y está el actual- más preocupados por cumplir las exigencias del FMI y no para enfrentar la inseguridad colectiva. En este escenario nacional encontramos un crecimiento de viejos delitos, como el femicidio, aumento desmedido de robos y asaltos, y también de nuevas infracciones, como minería destructora del ambiente con afectación de parques nacionales y contaminación de ríos amazónicos; o la ilegal liberación de capos sentenciados. Se prevé un 2023 sangriento y traumático si no hay rectificaciones.