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Inicio de clases sin aulas

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Es inaceptable el descuido de las autoridades frente a una situación como la de mantener la infraestructura educativa en condiciones óptimas

La infraestructura educativa juega un papel fundamental en la formación de los estudiantes de educación media. La calidad de la educación que se imparte está directamente relacionada con la adecuación de las instalaciones, recursos y tecnología que se ponen a disposición de los estudiantes.

Espacios limpios, bien iluminados y ventilados son esenciales para que los estudiantes puedan concentrarse en sus estudios y estimular su bienestar físico y emocional. Además, esto también fomenta la interacción social entre los estudiantes y promueve el desarrollo de habilidades sociales importantes en la vida.

Espacios para talleres, laboratorios, bibliotecas digitales desarrollan la creatividad de los jóvenes, animándolos a dar sus primeros pasos hacia la investigación científica.

Las aulas bien equipadas con mobiliario adecuado, pizarrones, material didáctico y tecnología de última generación complementan la formación, ofreciendo un ambiente de aprendizaje moderno y atractivo. También permiten la inclusión de los estudiantes con necesidades especiales, garantizando la igualdad de oportunidades.

Es contradictorio que el Ministerio de Educación anuncie el inicio de clases en el régimen costa y al mismo tiempo admita que tiene instituciones de educación media con afectaciones funcionales (97), estructurales (74), por lluvia (619) y por sismos (331), que tendrán que iniciar clases posteriormente u ‘online’, hasta que logren solucionar los problemas. Asimismo, 282 instituciones fiscales, cinco fiscomisionales y dos particulares con afectaciones menores, que según los cálculos podrán iniciar clases presenciales, pero se ejecutarían adecuaciones durante el año lectivo.

Es inaceptable el descuido de las autoridades frente a una situación tan sensible como la de mantener la infraestructura educativa en condiciones óptimas para ofrecer una educación de calidad. Mientras el mundo debate sobre las consecuencias del avance de la inteligencia artificial y la preparación que necesitamos para los cambios que se darán en todos los ámbitos, en Ecuador todavía tenemos que soportar que los estudiantes reciban clases en medio del fango y desorden.