América Latina: ¿qué somos y qué queremos ser?
"...seguimos siendo región corrupta, mal gobernada, sin institucionalidad..."
Nuestra región tiene siglos aspirando a ser territorio próspero, pero seguimos siendo región corrupta, mal gobernada, sin institucionalidad, conflictiva y polarizada. Es un pozo sin fondo al que hemos caído; queremos salir, pero no podemos. Ecuador está entre los que más han caído. Evidencias están a la vista, desde el sur de Río Grande hasta Cabo de Hornos: presidentes en prisión o prófugos, legisladores sentenciados o con problemas judiciales, constituciones en la práctica manuales, sistemas judiciales indeseables, miles de organizaciones políticas; en Ecuador hay cerca de 200, etc.
Aspiramos a ser mejores desde hace siglos. En 1967 el presidente Otto Arosemena Gómez presentó el mencionado anhelo a veinte jefes de Estado, incluyendo a Lyndon Johnson, de EE. UU. En su discurso en Punta del Este, Uruguay, dijo: “Hemos llegado […], como portavoces de cinco siglos de gloria americana representando a quinientos millones de seres humanos, más de una veintena de países, millones de kilómetros de superficie, cuatro idiomas, centenares de dialectos. Todo esto sintetiza la paradoja de la abundancia paradisíaca que asombra y la escasez que espanta. El color de la piel, la idiosincrasia, religiones y métodos políticos, forman contradicciones que en apariencia conspiran contra el hombre americano. Sin embargo, estamos presentes en esta asamblea cimera, agobiados por la lucha y dolor de nuestros pueblos, pero iluminados por la esperanza de que la conciencia que tenemos del drama americano oriente nuestras mentes y derrame caudales de consuelo para el espíritu de nuestros pueblos, paz y felicidad para todos y cada uno de los hombres que actuamos en esta hora, acicateada de angustia, donde todo parece estar listo para la explosión y cosecha funesta de anarquía”.
¿Qué se ha hecho en más de medio siglo? Muy poco. El médico y político venezolano Carlos Rangel tiene la respuesta: “Los latinoamericanos no estamos satisfechos con lo que somos, pero a la vez no hemos podido ponernos de acuerdo sobre qué somos, ni sobre lo que queremos ser”. Una de las grandes tragedias de nuestra región.