¿Por qué fracasan los Estados?
…los seres humanos y la prosperidad nunca perduran…’.
La semana pasada escribí que imperios y grandes poderes tienen ciclos de vida. También lo tienen los Estados pequeños. Sobre este concepto el historiador griego Heródoto (484-425 a.C.) comentó: “Los cimientos humanos, tanto de los grandes como insignificantes, tendrán que ser discutidos[...] La mayoría de los que alguna vez fueron grandes se han desplomado y aquellos que solían ser insignificantes se han elevado,[…] para clasificarse como poderosos poderes. Prestaré la misma atención a ambos, porque los seres humanos y la prosperidad nunca perduran uno al lado del otro por mucho tiempo”. Fue el inicio del estudio de las acciones de los gobernantes fracasados.
Causas de colapso: políticas, económicas, culturales, ambientales y otras. Comparemos por qué cayó el imperio romano occidental y la razón de Ecuador ser Estado fallido. El primero, en lo político tuvo guerras civiles llevando al imperio al caos; los emperadores fueron asesinados, más de 20 en 75 años. En Ecuador, en la década de los treinta hubo 14 jefes de Estado, algo más de uno por año. En los noventa, desde el derrocamiento de Abdalá Bucaram hasta Alfredo Palacio vivimos un período de caos político. Otra causa de la caída de Roma fue el pésimo manejo de la economía, que vivía en bancarrota por exceso de gastos, falta de producción y galopante inflación. También la pérdida de la moral, el desenfreno en placer mundano y la corrupción. Algo similar sucedió en Ecuador entre 2007 y -2021. Robar al Estado se convirtió en ‘modus vivendi’, se desperdició el dinero público en obras innecesarias o mal hechas; los opositores fueron injustamente acusados y algunos terminaron en prisión sin haber cometido delito.
No hay espacio para analizar a todos, suficiente con citar al historiador británico James Froude (1818-1894), que en su biografía de Julio César escribió: “…los ingleses y los romanos se parecen esencialmente entre sí”. En los últimos años de vida, Froude veía cómo Gran Bretaña, por las mismas causas que los romanos, se encaminaba a su fin como imperio. 4.000 años de historia no son suficiente enseñanza para los gobernantes.