Nuevamente el pasado hace actualidad

…enormes instituciones financieras quebraron, incluyendo compañías de seguros…
Los Premios Nobel se están concediendo a quienes han estudiado el pasado para beneficio del futuro. La semana pasada escribí sobre Svante Paabo, Nobel en Fisiología por su investigación del ADN de un ancestro nuestro que vivió hace decenas de miles de años. Hoy trato acerca de Bernard Bernanke, uno de los tres economistas galardonados en Economía. Fue beneficiario por su investigación de la Depresión Mundial (1929-1939) que destruyó la economía planetaria durante casi una década. Por coincidencia del destino, Bernanke fue nombrado presidente del Fed (Banco Central de Estados Unidos) dos años antes de la Gran Recesión del 2008; enormes instituciones financieras quebraron, incluyendo compañías de seguros y empresas de corretajes bursátiles. Millardos de dólares se hicieron polvo y mucha gente perdió sus puestos de trabajo. Bernanke tomó medidas radicales para evitar el total colapso de la economía de EE. UU. y la del mundo. Lo hizo basado en lo que no se había hecho en los treinta. Él sabía que con acciones inmediatas se evitaría una prolongada y profunda crisis. Por ejemplo, para evitar una corrida bancaria masiva, como había sucedido en los treinta, aumentó el seguro de protección de los depósitos de 100.000 a 250.000 dólares. Así el público se sintió seguro de no perder su dinero. Bernanke se aseguró de que los diferentes gobernadores del sistema federal actuaran coordinadamente; las políticas que se trazaron fueron las mismas. Hubo unanimidad en todas las decisiones. Bernanke fue el creador de la flexibilización cuantitativa, término sofisticado que no es otra cosa que aumentar la oferta monetaria y hacer que circule en toda la economía. No hay espacio para explicar el enorme beneficio que tuvo el mundo, alguien se interesó en un evento pasado para aprender y evitar que se repita en el futuro.
En Ecuador no hay interés por estudiar algún aspecto del pasado. Hemos tenido numerosas crisis económicas cuyas causas se repiten, cuando si ya las conocemos, ¿por qué las repetimos? No tiene sentido. Algunos estudian el pasado, pero lo distorsionan por actitudes ideológicas.