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¿Reconciliación o vergüenza nacional?

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Así las cosas, el futuro de Ecuador es muy preocupante

La decisión de la Asamblea legislativa de amnistiar a quienes asaltaron y destruyeron parte de Quito es inequívoca manifestación de una sociedad que ha perdido sus valores morales y éticos. La mayoría del poder Legislativo está en un profundo pozo de inmoralidad. Revolvió ver asambleístas celebrando el “triunfo”. Los buenos legisladores son escasos.

El poder Legislativo está en desprestigio desde varios años atrás; no hay legisladores que tengan el profundo conocimiento de las leyes, que dominaban Jorge Zavala Baquerizo, Raúl Clemente Huerta, Carlos Julio Arosemena Monroy, entre otros. Los conocimientos de los actuales son muy limitados. Muchos se sorprendieron cuando se enteraron de que habían obtenido mayor número de votos que los otros candidatos. Gran parte de la culpabilidad está en los que votaron por ellos. La mayoría son personas de escasos recursos y poca educación. Entre los que poseen medios económicos, y son profesionales, con las excepciones de rigor, también hay escasez de valores morales. La codicia y la obsesión por el dinero a cualquier costo es una de las principales causas del proceso de descomposición moral existente en Ecuador. Se ha creado una cultura de delitos en la que el poder Judicial ha propiciado su oscura duración.

El sistema político ecuatoriano es vergonzoso. En los comicios de 2021 se aprobaron 283 movimientos políticos, se siguen creando nuevos, otra causa de desprestigio para Ecuador. Da la impresión de que los políticos ecuatorianos desconocen que en los países prósperos no hay más de tres partidos, produciendo así una correlación entre nivel de vida y madurez política. En Ecuador hasta los primeros dos decenios del siglo XX solamente existían dos partidos: Liberal y Conservador. El primero estaba en la costa, pues siendo Guayaquil puerto estaba expuesto a viajeros de diversos países que traían noticias y conocimientos, factores que contribuyeron a su prosperidad. El Conservador en la sierra, ya que Quito se encontraba aislado del mundo y tenía notable atraso económico en relación con Guayaquil.

Así las cosas, el futuro de Ecuador es muy preocupante.