El cuento sigue

Se continúa el diálogo con los que se creen dueños del país y representantes de los ecuatorianos
Por cualquier lado se siente y se constata que cualquier hijo de vecino hace lo que le viene en gana, por la permisividad que se encuentra en este Ecuador regido por los parámetros que indica la democracia, pero mal entendida y auspiciada a más no poder por el mamotreto de Montecristi.
Se continúa el diálogo con los que se creen dueños del país y representantes de los ecuatorianos.
Están sentados, prácticamente ordenando lo que se tiene que hacer para que no regresen las protestas generadas por el odio y la ambición de retorno del prófugo, sediento de sed y venganza, además de continuar con la vida fácil a la que se acostumbró durante la época perdida. Al fin y al cabo, vivir de los tontos debe ser muy agradable, por no decir fructífero.
Al culminar las festividades del mes de la hipocresía, uno de los ángeles de Matraca se pasó enumerando las maravillas que ha realizado en su paso por el cabildo porteño. Maravilla fue oírla y verla con su atavío y tatuajes haciéndole fieros al presidente de la República, a quien, al parecer atento, no le quedó otra; el protocolo le impedía levantarse y salir del sainete montado para celebrar a la Perla del Pacífico. El mismo cuento de siempre. Me alabo por un lado y prometo por el otro, como el tantas veces mencionado proyecto del quinto puente o viaducto sur, el que, por cierto, se autofinancia con los usuarios, sin que el Estado invierta un centavo. Claro, se entiende, es obra en Guayaquil pero que beneficia a la patria toda, sin embargo, en las alturas, les vale. Lo del metro en otra ciudad, al igual que el aeropuerto, sí reciben apoyos económicos importantes de este y de cualquier otro gobierno precedente. La capital es la que absorbe la savia de los otros giles que trabajan con la esperanza de recibir más de lo que se les ocurre devolver ahora, por mandato de cualquier ley nada equitativa. Otra perla mantenida en lo que llaman constitución, que por cierto presidente, se lo come poco a poco.
Ahora asistimos a otra lucha originada por la pupila, elegida para continuar, si la masa lo decide, ejerciendo la violada democracia y este Diario, que felizmente, le canta las verdades. ¿Será verdad que está nerviosa?