¿Y quién puede?

Ahora las FF. AA. no pueden combatir el mal junto a los policías. Que no son sus funciones, dicen. Entonces armen una guerra para que trabajen. No más pipones
Es un doloroso interrogante el que hago, cuando he visto la entrevista al presidente por parte del señor Vera.
Escuchando los logros en 16 meses de gobierno, me invadió una luz de esperanza, pues me imaginé que el prófugo con sus ideas destructivas, junto a sus secuaces, estaban muy lejos de volver a la casa de gobierno de este maltratado país.
Al día siguiente, los titulares de la prensa acabaron con mis sueños de ver a mi descendencia viviendo en el Ecuador tranquilo, pujante, con honrados servidores públicos (pocos) de mis años juveniles.
La CC niega una pregunta que iría a la consulta. Lo de los subsidios, en el limbo, las minorías inconformes en puntos álgidos para la marcha democrática. No les satisface ni la focalización. Que paguen los ricos, el caballo de batalla. Siempre ha sido de esa manera y es lógico. Si tienen cómo hacerlo, que paguen, pero con reglas claras del juego, no con abusos que satisfacen taras y complejos. Gran parte de los que tienen algo lo han logrado con trabajo y esfuerzo, sin olvidar a los que han obtenido fortunas con base en robos al Estado ecuatoriano.
Me atrevo a pensar que las buenas intenciones que tiene para sacar a flote la nave medio hundida que dejó la ROBOLUCIÓN, se esfuman al intervenir alguna tara abortada por el mamotreto. Por enésima vez le digo que ese cúmulo de basura legal, mal llamada Constitución, no le permitirá parchar los orificios malditos que dejaron los gobiernos de sus predecesores y la nave ve el fondo como destino atávico.
El estado de descomposición social, junto al auge de la delincuencia financiada por el narcotráfico, para nadie es desconocido. Lo que desconcierta es que se quiere torpedear cualquier intento por acabar esa plaga. Anuncia el aumento considerable de elementos policiales y la dotación de los medios técnicos modernos para la lucha contra el mal, pero si van a salir a las calles prácticamente a dialogar o pedir que no cometan delito alguno, estamos peor que nunca.
Ahora las FF. AA. no pueden combatir el mal junto a los policías. Que no son sus funciones, dicen. Entonces armen una guerra para que trabajen. No más pipones.