A lo mismo

La tristeza nos embarga pues la sordera presidencial no se remedia, al parecer, ni con audífonos.
Nuevamente se anuncia la salida de las FF. AA. a las calles para detener la ola delictiva.
A lo mismo digo, pues las condiciones y la manera no han cambiado, ya que el mamotreto está vigente, demostrando que el clamor ciudadano y de la gente entendida en política no le interesan al presidente.
Este accionar debe llenarlos de júbilo al prófugo y sus borregos ya que la manera en que fue elaborada la Carta Magna, por gente extraña a nuestra realidad, da sus frutos de una forma muy abundante, con la pena de que esos productos son para aniquilar a este hermoso Ecuador, que no debió caer en manos de los políticos especializados en destrucción, hambre, desempleo y muerte.
La tristeza nos embarga pues la sordera presidencial no se remedia, al parecer, ni con audífonos.
Todos esos desatinos en cualquier nivel, van minando la resistencia y la paciencia. La falta de educación hace que la gente se conforme y vea el destino que nos espera como algo muy natural. Por ahí algún trasnochado piensa que el prófugo es la solución.
Los ejemplos vivientes de Venezuela, Argentina, Nicaragua y ahora Chile no los hacen temblar de pavor. Si en Colombia entra Petro, más el del sombrero en Perú, poco queda para rescatar en este continente. Como somos buenos imitadores nos uniremos a esa masa de miseria para coronar al gran ganador de esta debacle, llamado Foro de Sao Paulo, integrado por la escoria izmierdista, fiel creyente de la ley del embudo.
Buscando soluciones a la economía maltrecha y con la finalidad de cobrar la cartera vencida, fusionan a dos entidades crediticias quebradas.
El hambre junto a la necesidad unidos para recuperar el dinero, que según dicen está en manos nada santas ya que, si hubieran cumplido sus obligaciones, el país encontraría un respiro en medio de tantos males.
Ojalá se sepa quiénes son los deudores, la cantidad, el tiempo de morosidad y la filiación política, si la hubiera.
No me cansaré de pedirle al presidente que tire a la basura el mamotreto antes de que sea demasiado tarde para el rescate del Ecuador.
Presidente Lasso, a decir del soberano, del ahogado, el sombrero.