Premium

Se armó

Avatar del Ignacio Granja

Ellos seguirán en la miseria, pero satisfecha su malsana idea de la igualdad, que dicho sea de paso no existe en ninguna parte del mundo

En el ámbito mundial, con las pasiones y ambiciones desatadas, la humanidad entera está en ascuas. El poder desenfrenado del dinero bien o mal ganado es lo que prevalece. No interesan ruegos, misas, exhortaciones. Ucrania es la perita en dulce. Todos la quieren ahora que se sabe lo que tiene bajo tierra y representa en el ámbito comercial internacional.

En nuestra realidad se quiere desconocer a la jefa del circo. Se le salió del redil manejado por el prófugo, derrotados en elecciones pasadas e indígenas rebeldes seguidores de doctrinas absurdas. Solo un legislador valiente y frontal en su lucha es el que dice las verdades a voz en cuello. Deben cuidarlo como oro en polvo, no vaya a ser que lo silencien por tratar temas urticantes para los pillos de la robolución.

Mientras todas esas barbaridades pasan en nuestro país y particularmente en Guayaquil, siguen las matanzas en zonas determinadas y conocidas. Como gran cosa se dice que viene un contingente de policías para ayudar a restablecer el orden y por otro lado se anuncia que se liberará a 5.000 angelitos para aliviar la carga penitenciaria. La prensa anuncia que la desproporción entre juicios y detenidos es descomunal.

El excontralor encargado sigue recusando a sus jueces, hasta a un suplente. Así alarga su juicio y a lo mejor sale libre de polvo y paja. Tal vez hasta un acto público de desagravio se gestaría.

Todas estas barbaridades se dan en Absurdistán.

Una vez más hago casi un ruego al presidente para que acabe con el mamotreto de Montecristi, único causante de todos los males que atentan contra la democracia y su propio gobierno. Si bien es poco tiempo, el de su gobierno, el rato menos pensado tenemos al prófugo y sus huestes arrasando con lo que dejaron. Las tendencias de los vecinos son aterradoras y no debemos olvidarnos de la debacle integral de Venezuela y Cuba. El pueblo mantenido en la ignorancia y envenenado con doctrinas estúpidas no reacciona ante la brutal amenaza. Ellos seguirán en la miseria, pero satisfecha su malsana idea de la igualdad, que dicho sea de paso no existe en ninguna parte del mundo.