El dilema

Si todos cumplimos, creo que será el mejor homenaje a Guayaquil en su bicentenario.
Elección imperativa entre dos opciones que tienen consecuencias dolorosas.
Es la definición que se acomoda, por desgracia, a nuestra realidad en particular, como consecuencia de la pandemia mundial por el regalo chino.
Hace unos días escuché a un empresario decir que otra cuarentena no la aguantan, por la crisis económica generada.
Muy triste la disyuntiva y doloroso porvenir el que se avizora.
La cuarentena se ve venir por el rebrote que aumenta y que podría generar la llamada segunda ola. Entonces, el ausentismo laboral se dejará sentir y las empresas irán a la quiebra, pues sin mano de obra calificada, muchas veces no estarán los productos listos para las ofertas, y por otra parte la demanda de cualquier cosa elaborada disminuirá de manera lógica. Peor si se trata de productos suntuarios.
Un círculo de ausentismo, cierre de negocios, quiebras, desempleo, hambre, desesperación y lo peor, la muerte.
Países del primer mundo están retrocediendo en sus políticas sociales. Parece que la libertad otorgada de manera apresurada, forzada por la presión social, no fue la mejor decisión.
En lo que a Guayaquil concierne, creo que la libre circulación vehicular no ha sido acertada. La exposición al virus por parte de portadores sanos, en su mayoría jóvenes, perjudica sin alguna duda a la población más vulnerable.
Se conoce nuevamente el abarrotamiento de pacientes en los hospitales.
Es verdad, hay una enorme diferencia ahora, comparando con el ataque de febrero. Se diagnostica mejor y se trata de manera más apropiada. Hay experiencia propia, la cual ha sido tomada como ejemplo en otros países.
Cuidado, que lo dicho no sea tomado con ligereza y se vea a la amenaza como algo sencillo.
No debemos olvidar que el virus todavía mata.
Desde esta columna, hago un llamado a la ciudadanía y a las autoridades involucradas en el control de la pandemia, para que se cuiden los unos, y sean más cautas en sus resoluciones las otras.
Si todos cumplimos, creo que será el mejor homenaje a Guayaquil en su bicentenario.