Por favor, actúe

Por lo expuesto es que le digo al presidente que actúe, en el caso Olmedo y en salvarnos de los borregos hambrientos
Al policía Wilson Santiago Olmedo por cumplir con su deber lo condenaron a tres años y ahora la pena se la extiende a trece.
El delito, defender a seres humanos que eran asaltados en una ciudad de la serranía y que al ser descubiertos se dieron a la fuga. Hizo uso de su arma de dotación abatiendo a dos delincuentes.
Al paso que vamos llegaremos a ver a los policías con megáfono en mano para rogar a los delincuentes que no cometan un hecho condenado por las leyes de este país. Al menos, es lo que sabemos hasta ahora. Más adelante, como van las cosas, a lo mejor somos testigos de esa aberración. Toda esta descomposición se la debemos al mamotreto constitucional vigente. No lo duden. Son las órdenes del pestífero foro que busca la desintegración moral de toda Sudamérica, valiéndose de seres anormales como el prófugo y su banda de asaltantes que por más de 10 años asoló a este país, abusando de la bondad e ignorancia de su pueblo.
Desde 1830 en que aparecemos como república, los malos gobiernos han abonado el terreno para cosechar lo que ahora vivimos. Las excepciones, que las hubo, no lograron contrarrestar todo lo malo que se sembró.
Graciosamente anuncian indemnizaciones a las familias de los delincuentes abatidos, pero nada se sabe sobre la suerte de la familia del policía. Se habla de INDULTO, pero nadie menciona fecha. Cuidado pasa el tiempo y en tres años el Gobierno mira para otro lado, como haciéndose el ... (no me permiten emplear el término apropiado). Y así el caso del policía Olmedo puede pasar a engrosar la lista de injusticias cometidas por la Justicia. ¡Qué ironía! Mientras esto sucede, los ladrones de los ingresos más grandes del Ecuador se pasean orondos por el mundo, y uno, el prófugo mayor, el capo, pretende volver para arrasar con lo poco que quedó, abusando de la amnesia de la masa votante, ávida de seguir extendiendo la mano para recibir la limosna a la que se acostumbró. Esa acción, mejor que trabajar. ¡Qué vergüenza!
Por lo expuesto es que le digo al presidente que actúe, en el caso Olmedo y en salvarnos de los borregos hambrientos. No se olvide que el mamotreto de Montecristi se lo come y a nosotros también.