Haga caso, por favor

Presidente, haga caso, recuerde que no maneja un banco sino un país lleno de gente que no quiere caer en manos del narcocomunismo formado por seres anormales...
Por la prensa escrita nos enteramos de los consejos y soluciones que le recomienda el Dr. Simón Espinosa referentes a la manera de desaparecer el mamotreto de Montecristi.
Quiero imaginarme que pueda haber una conversación entre los dos para analizar de manera frontal lo propuesto. Creo que la única beneficiada será la patria.
Del circo no debe esperar nada, ya que ellos se mueven con el chantaje, salvo muy escasas excepciones.
No le deben ser desconocidas las malignas intenciones de quienes actúan bajo los mandatos del Foro de São Paulo, que sigue de manera lenta pero insistente en su camino de apoderarse de toda la región sudamericana. Se valen de la ignorancia y resentimientos sociales sembrados en la primera etapa de su macabro plan.
Todo el movimiento político burocrático está en poder de los borregos ROBOLUCIONARIOS, mantenidos por el comercio de la droga con sus ingentes cantidades de dinero que corrompieron a los poderes del Estado y a las instituciones llamadas a defendernos, aunadas con la estupidez del abuso de la fuerza y las opiniones de los metidos defensores de los DD. HH.
Que se convierta en un Bukele es pedir demasiado, pero considere imitarlo aunque sea en menor escala. Enfrenta algo peor que esas pandillas salvadoreñas. Ellos son delincuentes. Acá hay elementos empujados por seres acostumbrados y entrenados en la destrucción de todo lo normal ya establecido desde que somos república, sin dejar de lado los malos gobiernos que a la final nos hicieron enfrentarnos a una realidad que por su torpeza mental y política no los hizo rectificar a tiempo.
Las redes sociales abundan en comentarios de gente que no son sus enemigos políticos, por el contrario, es gente que persigue el éxito de su gobierno, ya que su fracaso en la conducción del Ecuador sería la desaparición del mismo en la esfera democrática mundial.
Presidente, haga caso, recuerde que no maneja un banco sino un país lleno de gente que no quiere caer en manos del narcocomunismo formado por seres anormales que de lado dejan el sentido común, las buenas costumbres, la moral y el ferviente deseo de vivir en paz.