Recapitulando

Un partido serio en años pretéritos casi se convierte en cómplice del golpismo absurdo y cobarde contra el presidente Lasso, que vio mermada su fuerza en el circo capitalino y pasó a depender de otra bancada que reaccionó a tiempo, honrando la memoria de su fundador.
Al iniciar esta columna me parece mentira haber escuchado y visto las noticias que las redes proporcionaron durante las revueltas de los indígenas engañados. Militares muertos por defender y auxiliar. Cuenca sitiada, el agua potable de Ambato, envenenada. Inaudito accionar.
Un partido serio en años pretéritos casi se convierte en cómplice del golpismo absurdo y cobarde contra el presidente Lasso, que vio mermada su fuerza en el circo capitalino y pasó a depender de otra bancada que reaccionó a tiempo, honrando la memoria de su fundador.
Los indígenas acostumbrados a las vejaciones ancestrales acabarán, espero, ortigando al que los engañó y al que pretende venir para acabar hasta con ellos mismos. Ya lo hizo y no les quepa la menor duda de que lo repetiría. Cobarde obediente de los pestíferos del foro.
Un pedido a la justicia, si llegara a despertar de su coma inducido: no se olviden de los ladrones menores; apresándolos se acumularían cifras nada despreciables. Están calladitos, algunos de pronto hasta en las iglesias rogando que no se acuerden de que existieron y robaron.
Aunque un querido hermano discrepe con mis pensamientos, reitero lo que hace unos días dije. Un gobierno civil-militar es nuestra tabla de salvación. No es la mejor solución, pero la democracia, así violada y entendida, no la necesitamos. En democracia y con lo demostrado, no veo manera de acabar con el mamotreto fabricado a medida para el prófugo y su ROBOLUCIÓN.
Mientras tanto contemplamos absortos que el farsante dirigente del poncho rojo debe acudir cada quincena a la Fiscalía de Cotopaxi, y al contralor estrella, el juicio con jurado se lo posponen hasta el 2023. Con seguridad la danza de los millones continúa para evitar que salten a la paila otros ladrones del erario nacional.
Es muy claro el accionar de los indígenas que defienden los precios de los combustibles. Hace pocos días se publicó de manera pormenorizada sobre las ganancias de los buitres con las ventas de nuestros combustibles a gente muy relacionada a la narcodelincuencia, de la mano de la política.
Aplicar la ley del Talión, es demasiado pedir.