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Inés Manzano: Mis seis mandamientos adicionales

Avatar del Inés Manzano

...creo importante aportar a su ejecución con mis seis mandamientos de desarrollo social: ¿cómo dejar de ser observador y ser activista?

A estas alturas usted ya sabe por quién votará mañana 15 de octubre, y cuando pensaba en este editorial quería recordar a quien lo lea que con el voto y los resultados tendremos un nuevo gobierno, pero deberíamos tener una nueva manera de relacionarnos con nuestra decisión democrática.

Se escribe de lo que debería hacer el gobierno nuevo, de lo que es la esperanza, la paz, y todo está bien, es importante; mas mi metro cuadrado de acción es aún más relevante por lo posible.

Leí la entrevista del exfuncionario público en el Municipio de Medellín, Jorge Melguizo, cuando estaban en una situación peor que la de Ecuador, como es tener 6.700 muertos por año. Decía él a breves rasgos que el gobierno -local, regional o nacional- debe hacer su parte con creatividad y recursos, pero el ciudadano debe involucrarse.

A nivel legal tenemos nuestros primeros mandamientos, tal cual al estilo de Dios cuando nos hizo conocer los 10 mandamientos de amor a través de Moisés -que de hecho son los que deberíamos concientizar primero-.

Los encontramos en el art. 83 de la Constitución y son 17. Los mandamientos en este caso son deberes y responsabilidades ciudadanas, una perla escondida entre tanto derecho.

Justamente el último dice: “Participar en la vida política, cívica y comunitaria del país, de manera honesta y transparente”.

Basados en estas obligaciones creo importante aportar a su ejecución con mis seis mandamientos de desarrollo social: ¿cómo dejar de ser observador y ser activista?

-Contemple, alinee, y conozca su identidad. Si usted no sabe qué quiere, nadie más lo sabe.

-Aprenda a discernir su problema en las esferas personal, familiar, local, nacional, mundial, esto ayuda mucho antes de hablar. Los ejercicios jesuitas ignacianos son un buen comienzo.

-Aprenda a conversar, hablar, solicitar, pedir, y siempre agregue el “por favor”. Si usted no sabe expresarse, nadie más lo hará por usted.

-Dele poder a una organización sin fin de lucro que se identifique con su preocupación social; unirse a una estructura organizada le da más amplitud a su interés a favor de la sociedad. Personalmente los bancos arquidiocesanos de alimentos, el Banco del Bebé, Mingas por el Mar, Proyecto Sacha, Fundación Santa Josefina, Mesa Nacional de Educación en Valores son los que me mueven por su alcance en hambre; protección de la vida desde la concepción y apoyo a la vulnerabilidad de la madre; conservación del agua -ríos, quebradas, pajonales, y océano-; rescate y comercio ilegal de fauna silvestre; arte y cultura; y, valores aplicados en la educación familiar e institucional, respectivamente.

-Conozca la ley, las instituciones y figuras legales que le permiten ser parte preventiva de políticas públicas que crea inadecuadas. Silla vacía, audiencias públicas de proyectos, veedurías ciudadanas, otras.

-Ejercite la tolerancia y empatía, porque cualquier proceso de transformación requiere paciencia y tiempo. Piense que si usted no cree que verá ese cambio en la sociedad, sí lo verá la generación siguiente.

Por último, revise constantemente si está en el camino de la acción o de la inacción, así mantiene ese aliento que nos sostiene cuando algo está casi perdido o nos lastima profundamente.