Inés Manzano: En nombre de la naturaleza y el hombre
Ecuador en la primera línea de ayuda económica.
Si un empresario leyera el primer artículo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que dice que por efectos adversos del cambio climático se entiende los cambios en el medio ambiente físico o en la biota con efectos nocivos significativos en la composición, la capacidad de recuperación o la productividad de los ecosistemas naturales, o en el funcionamiento de los sistemas socioeconómicos, o en la salud y el bienestar humanos; las alertas de ese empresario deberían sonar como alarma de incendio.
Es un razonamiento simple que quisiera compartir: si todas las actividades productivas dependen de los recursos naturales, por ejemplo del agua, proteger la naturaleza es proteger mi negocio. Lo mismo debería pensarlo el ciudadano con su bienestar. Y los gobiernos, de qué están haciendo o cómo administran esos recursos naturales y cómo hacer un ‘chanchito’ para una transición al futuro verde y rentable que nos han vendido.
Siempre escribo en diciembre sobre esta reunión llamada COP (Conferencia de las Partes) de la convención en mención, que reúne a todas las naciones. Este año, al inicio se logró cerrar el Fondo de Pérdidas y Daños, con promesas de $ 800 millones -se requiere billones- para hacer frente a las consecuencias del cambio. Hemos llegado a 1,2 grados de aumento de temperatura, y lo previsto es que se debe mantener en 1,5 por nuestro bienestar y el de la biodiversidad. De ahí la posición exigente de la UE de ir a una meta de emisiones netas en cero.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático dice que la eliminación gradual del petróleo, el gas y el carbón es el único camino para reducir el calentamiento global, mientras tanto hay 475 lobistas que trabajan para empresas fósiles con una táctica dilatoria, como proponer tecnología de captura de carbono.
Viendo esto, ¿cuál debió ser el rol del Ecuador?, entendiendo que quedan cuatro días, hasta el martes, que es cuando se cierran las negociaciones.
Desde mi punto de observación, se debe aprovechar la discusión del programa de trabajo de mitigación y abordar la discusión de cómo y cuándo salir de los combustibles fósiles, que es el gran elefante del salón, y así evidenciar con el ejemplo de una consulta popular -la del ITT- los problemas que tiene nuestro país para suplir esos ingresos y demostrar que el impacto ambiental y financiero de esa decisión popular pone a Ecuador en la primera línea de ayuda económica, en la cabeza de liderar un mercado de carbono, en la necesidad de explicar que si salimos de los fósiles debemos hacerlo en orden y que en el caso de países en vías de desarrollo no se puede de la noche a la mañana (o en 12 meses, como nuestro caso) apagar el ‘switch’ de la explotación petrolera.
Estas son cosas serias en las que Ecuador es el único país en el mundo que le ha dado derechos a la naturaleza, y debe verse como sus propios ciudadanos prefirieron la naturaleza antes que las finanzas públicas porque no se las entiende, que está lidiando con ese ‘hueco’ financiero, y sobre todo, que somos los únicos que sabemos que necesitamos cambios exigentes con orden y planificación; es decir, ser caso de estudio.
Para todos, las cuestiones claves deben ser la equidad, la justicia, los derechos humanos y las finanzas.