Aclarear

..la suma del sueño de 17 millones de ecuatorianos es lo que deben descubrir los candidatos para empatizar y ofrecer un bienestar
Es ese momento bonito que viene de la oscuridad de la noche, en que uno ve colores que no se encuentran en ninguna parte en un mismo momento, a más de que calienta el incipiente brillo de unos ralos rayos de sol.
Quisiera creer que estamos por salir de ese momento oscuro en política, tal vez la muerte cruzada ha sido el detonante honesto que envía a sus casas a quienes no lograron entender que su cargo, más que fastidiar al presidente era ser una vía complementaria para el desarrollo del país. No hay cabida para 137 asambleístas con ínfulas de presidente.
El resultado solo de estas últimas dos décadas nos deja crisis de 360 grados: financiera, política, social, ideológica, ambiental y sobre todo moral y de valores.
Los líderes políticos no tienen crédito y al margen de las críticas que llueven sobre ellos, tampoco emergen liderazgos de otro tipo hasta ahora. El momento es así de complejo porque las personas y las sociedades necesitan de un sentido, no se puede caminar mucho tiempo a oscuras sin ver el camino.
Estos días de precampaña, con precandidatos, han sumergido a los ciudadanos en mensajes políticos que en estas situaciones de dificultad no conectan con la realidad, generando más incertidumbre y por tanto la pérdida de esperanza. Es de la esperanza desde donde se crea el futuro. Basta como ejemplo ver a un posible candidato decir que él cree que es digno de presidirnos porque ha luchado en guerras -ajenas al Ecuador-, desde mi observación aquello nos dice de él que es un mercenario. Algunos exasambleístas, por lo menos tres, que dicen que ayudarán al país a encarrilarse, cuando ellos estaban en el mismísimo vehículo que fue el que se descarriló en su objetivo, tampoco convencen.
En contextos de dificultad la esperanza es creer en la posibilidad de salir adelante y por lo tanto es imprescindible alimentarla. Aristóteles afirmaba que la esperanza es el sueño del hombre despierto, como una visión utópica de algo en un futuro cercano, pero, sobre todo, de tu capacidad y determinación para alcanzar tus propios sueños e ilusiones. Entonces, lo que a mí me hace creer en un amanecer, más la suma del sueño de 17 millones de ecuatorianos, es lo que deben descubrir los candidatos para empatizar y ofrecer un bienestar que nazca desde el anhelo individual, en un asidero comunitario, y que sea ejecutable por alguien que sintamos que no nos va a engañar o decepcionar.
El reto de salir de la inseguridad y el narcotráfico es la consecuencia de una falta de educación enfocada en los requerimientos contemporáneos y por tanto de oportunidades; atención de salud; enfoque sobre la importancia energética y de una explotación de hidrocarburos con un fondo para asegurarnos la transición energética; conocimiento de que la minería es fundamental para el desarrollo en la era de nuevas tecnologías; aprovechamiento de un honesto y creíble mercado de carbono para Ecuador basado en la conservación y la descarbonización de las industrias; valorar la comunicación política honesta a los ecuatorianos; desapego al ego en el cargo público; entre otras. ¿Qué candidato podría enfrentar las causas mencionadas? Decida estimado lector con base en su sueño individual y del país donde quiere vivir… que ya va aclarando.