Las falsas premisas

Y mientras los personajes públicos, políticos y periodistas se lamen heridas, no ven ciertos datos importantes para el desarrollo
Las premisas son las razones que se ofrecen como fundamento o apoyo, a fin de que otras personas puedan aceptar racionalmente la conclusión. La conclusión, por su parte, es la proposición que se defiende sobre la base de las premisas.
Las premisas las puedan proponer tanto delincuentes, narcoperiodistas, chantajistas, sensacionalistas, como gente de bien. Y luego, las personas estarán o no de acuerdo con lo ofrecido como conclusión.
En este mundo de información ‘light’ y no tamizada, caemos en seguir supuestas investigaciones cargadas de intereses mezquinos: tener seguidores, y así tener auspiciantes. Yo los he catalogado como los nuevos “vacunadores” a cambio de algo. Pero estas vacunas son de alto calibre, aspiran a cogobernar activamente con los escogidos por voluntad popular.
Asimismo, tenemos un presidente que concluye que su Gobierno es honesto pero decide en razón de encuestas, escándalos, narcoperiodistas, caprichos; y alejado del interés público.
¿Con quién es honesto? ¿Con el señor campesino que requiere apoyo urgente? ¿Con su ego sobre anteriores presidentes que se llevaron el santo y la limosna? ¿Con el FMI y tenedores de bonos? ¿Con su círculo familiar? Incluso miembros del Gabinete son sugerencias y exfuncionarios del exalcalde de Guayaquil con quien “honestamente” no quiere vínculos.
De acuerdo al profesor de Filosofía de la Universidad de San Francisco, Endre Begby, los dos tipos de noticias falsas que vemos en estos días son las historias inventadas por personas especializadas que involucran a personas reales, e involucran escenarios que tienen una sensación de familiaridad. Y las otras aparecen cuando organizaciones de noticias son vendedores ambulantes de noticias falsas.
Ambas funcionan bien porque están diseñadas para aprovechar procesos de formación de creencias del lector que de otro modo serían racionales; y los certificadores de noticias somos nosotros mismos, al compartir en nuestras redes, círculos sociales o en toma de decisiones.
Y mientras los personajes públicos, políticos y periodistas se lamen heridas, no ven ciertos datos importantes para el desarrollo, por ejemplo que sin inversiones en obra pública, no se mueve la microeconomía.
La comparación realizada por el Ministerio de Economía de la inversión de los meses de enero en los últimos 14 años hace ver que el año 2013 fue la más baja, con 13 millones de dólares. Por otro lado, para el 2023 el presupuesto neto del Ministerio de Agricultura para un país que basa sus exportaciones en productos del agro es de $ 95 millones versus Chile, con $ 854 millones y parecida población.
La Cepal dice que los sistemas agroalimentarios junto al sector de salud, deben estar en la primera línea de las prioridades de financiamiento e inversión.
Mientras los personajes aludidos se lanzan a cogobernar con estiércol, el país pierde al mejor ministro que ha tenido, con el equipo de más alto nivel profesional, como son los zamoranos, y con claridad de qué hacer a favor del agricultor y del ganadero apenas asumieron.
En vez del sucio juego de la política debió jugársela por el Ecuador agrícola.
Ahí es cuando concluir que se es “honesto” o “periodista” debemos cuestionarlo.