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La huida de las diatomeas

Avatar del Inés Manzano

Y al mismo tiempo son indispensables, producen alrededor del 20 % del oxígeno de nuestro planeta.

En 1983 y en 1998 su ‘huida’ representó llevar a algunas especies cerca de la extinción. Son insensibles e intolerantes, no por capricho infantil, sino que son importantes bioindicadores de la calidad del medio en donde viven, al punto que se utilizan para evaluar el cambio climático a través de las condiciones ambientales. Y al mismo tiempo son indispensables, producen alrededor del 20 % del oxígeno de nuestro planeta, con su multipropósito de ser la base de la cadena alimenticia en ambientes acuáticos y del equilibrio en el planeta. Producen más oxígeno que todos los bosques amazónicos, centroafricanos e indonesios juntos según Pedro Cermeño, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y autor de Las diatomeas y los bosques invisibles del océano.

Estos organismos microscópicos están distribuidos por todo el planeta, en el agua dulce, salobre y marina.

Pero se da un cambio en sus condiciones y desaparecen; más que huir, mueren, sin posibilidad de reemplazarse para mantener sus funciones.

Su muerte está ocurriendo en este momento debido al Fenómeno de El Niño que sobrecalienta el océano. Solo en Galápagos su impacto va a hacerse sentir, sobre todo en la supervivencia de nuestros pingüinos endémicos de nuestras Islas Encantadas, cormoranes e iguanas marinas, especies que dependen del alimento cercano, peces y algas, que a su vez no tendrán a las diatomeas para garantizar su alimento principal.

El famoso canje de deuda por naturaleza de principios de mayo no podrá salvar ni hacer nada al respecto de las diatomeas, y su plan no ha considerado mitigar los efectos del sobrecalentamiento del agua a la biodiversidad, un riesgo lejano pero que este año conocíamos que sucedería.

Con las condiciones del planeta actual, la alarma en el desabastecimiento de alimentos que genera El Niño, el cambio del clima en todo el planeta, las inundaciones, pérdida de infraestructura, etc., se prevé que el planeta rompa el límite de aumento de temperatura de 1,5 grados centígrados al menos hasta el 2027.

“El Niño no es simplemente un fuerte golpe del que una economía se recupera de inmediato. Nuestro estudio muestra que la productividad económica después de El Niño se comprime durante mucho más tiempo que simplemente el año posterior al evento”, explicaba Justin Mankin, coautor del estudio de Dartmouth College que señala que El Niño que está por comenzar podría tener un costo global de cerca de US$ 3,4 billones en los próximos cinco años.

Ante estas certidumbres hay mucho por hacer ahora, y que deberá estar en la gobernanza pública, como crear un fondo de riesgo por inundaciones para la agricultura y viviendas en zonas rurales y periféricas; los gobiernos autónomos municipales aprobar construcciones que incluyan un seguro ante inundaciones; la protección a nivel de mercado de carbono de todas las zonas intermariales con manglares, tanto continentales como de Galápagos; prevención, monitoreo y atención inmediata en brigadas climáticas de salud por aumento de enfermedades trasmitidas por mosquitos, roedores y virus; investigación y monitoreo de cambios en ecosistemas de la Amazonía y Sierra de biodiversidad. Y hay más… El tiempo, recursos e inteligencia es lo que más se requiere ahora.