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Con otros ojos

Avatar del Inés Manzano

Así como las personas y empresas se ponen objetivos, ¿cuál es el de la ciudad donde uno vive o paga impuestos?

Las fiestas traen reencuentros familiares. Las personas que vivimos fuera de nuestras ciudades natales regresamos y con otros ojos vemos la ciudad viva, con sus recursos naturales, su gente apurada en autos y veredas, o los mismos olores.

Hay muchas capas dentro de una sociedad. A los pocos días tenía un cuadernillo repleto de mis sensaciones y de la realidad que contribuía a estas.

Es increíble ver los ríos, no nos damos cuenta de la maravilla que es el agua, el caudal, lo ancho de las orillas, los usos, desde canoas bajando y subiendo productos hasta la Caraguay, o la pesca con malla.

Y al mismo tiempo recibir el olor fétido de las piscinas de oxidación de Interagua en el cantón de al frente. ¿Cómo acostumbrarse? O ¿por qué debo hacerlo? O ver el más grande y triste asolvamiento de ríos en el Ecuador.

Llegando a la oficina con ansias de ver a mi equipo de trabajo cara a cara, recordando el camino recorrido, el esfuerzo, la constancia y los resultados; y de repente los pitos, el frenazo, que ponen de mal humor a cualquier conductor, porque atravesarse y ser desordenado al manejar es usual.

Ir al barrio donde crecí, al norte de la ciudad, Urdesa, y ver que el árbol de grosella fue reemplazado por una construcción peleada con el diseño; que cada tanto las casas de antaño y características se reemplazan por comercios sin gusto, rompiendo la estética. Solo como ejemplo: la calle Las Monjas parece la calle Chile.

Es verdad que es una mirada con nostalgia de una ciudad, pero también de aquel derecho a la ciudad que pregona no solo Naciones Unidas sino la misma Corte Constitucional en algunas de sus sentencias, donde menciona que la ciudad debe buscar el bienestar de las personas desde su participación activa en la toma de decisiones.

¿Queremos o no un crecimiento comercial en zona residencial? ¿Una gasolinera junto a una urbanización? ¿Un parque cerrado con llave, sin podar, sin mantenimiento? ¿Un cobro de tasas de recolección de basura basado en la energía que se consume y no en lo que realmente se genera como basura o desecho? ¿Qué pasó con el señor que pasaba comprando botellas vacías y periódicos? ¿Los afiladores de cuchillos?

Así como las personas y empresas se ponen objetivos, ¿cuál es el de la ciudad donde uno vive o paga impuestos?

En la Sentencia No. 2167-21-EP del año 2022, el juez constitucional ponente dice, por ejemplo que el derecho a la ciudad se fundamenta en la necesidad de enfrentar cuestiones como marginalidad, exclusión, riesgos y daños ambientales, asentamientos urbanos inadecuados, inseguridad y las múltiples violencias. Y que es un derecho difuso, que pertenece a toda la población y a todos los sujetos que la habitan, a las generaciones presentes como futuras, para ocupar, usar y producir ciudades justas y sostenibles.

El contenido del derecho incluye, al menos: 1) la distribución espacial justa de recursos para asegurar buenas condiciones de vida de toda la población; 2) la gestión democrática de la ciudad; 3) la diversidad social, económica y cultural, y 4) la armonía con la naturaleza.

Entonces, con tanto recurso, ¿por qué nos conformamos con tan poco bienestar?

Es el momento de ocupar sesudamente la silla vacía.