Iñigo Balda | ‘Democrat blues’
Pero el llegar tarde a la contienda no es lo que le pasó factura a Harris
Trump ha ganado las elecciones de Estados Unidos de manera más que convincente, llevándose 312 votos electorales, contra los 226 de la vicepresidente Harris. Para hacer la victoria del partido republicano más completa, ahora también han ganado mayoría en las dos cámaras de los Estados Unidos, asegurándose las mayorías, tanto de la asamblea como del senado. Esto fortalece mucho la entrada de Donald Trump al poder, quien va a ser el segundo mandatario de la historia del gigante norteamericano en tener una reelección como presidente no consecutiva, lo que lo convierte en el presidente 45 y 47 de los Estados Unidos.
Pero hablemos de los perdedores de esta contienda: el partido demócrata. Cualquiera diría que después de perder la presidencia y el senado (los republicanos tenían control de la cámara de representantes), algo de autocrítica se haría dentro del partido de cara a las elecciones de la gran mayoría de las cámaras dentro de dos años
Todos los caminos, según los sondeos, apuntaban a unas elecciones muy apretadas, en las que iban a tener que pasar semanas para poder confirmar el ganador final. Sin embargo, a las 02h00 del martes 5 de noviembre ya había ganador y por un margen apabullante. Esto cogió en ‘offside’ a la mayoría de los demócratas, que habían escuchado durante semanas que Harris iba por delante y que la elección iba a ser pareja.
Han pasado dos semanas desde esas elecciones, y los demócratas no salen del ‘shock’, ni han hecho autocrítica de lo sucedido.
“Estados Unidos es un país misógino que no está listo para ver a una mujer gobernar”. “Estados Unidos es un país racista”, son consignas que hemos escuchado a representantes del partido esbozar como excusas en la prensa. La realidad, quizás, es que el partido demócrata ha perdido una parte importante del voto afroamericano, hispano, femenino, asiático y de casi todas las minorías del país; así como también ha perdido el voto obrero. El que ha mantenido o crecido es el de los famosos, muchos de los cuales decían que abandonarían el país si perdía Harris. No sabemos nada de sus destinos por el momento.
La realidad es que Harris llegó tarde a la campaña al entrar como recambio del presidente Joe Biden, que no estaba en forma para seguir con la dura vida que conlleva ser presidente y candidato a la vez, dada su avanzada edad. Pero el llegar tarde a la contienda no es lo que le pasó factura a Harris, sino su incapacidad para presentar ni una sola propuesta real dentro de su campaña, fuera del control de precios, fortalecer las leyes proaborto y LGTBI a nivel federal.
Estados Unidos es más que sus grandes ciudades -feudos donde le fue muy bien al partido demócrata- y parece que se han olvidado de ello.
En un mitin durante el último mes de campaña, uno de los asistentes gritó: “Cristo es rey” mientras Kamala Harris daba su discurso, a lo que ella respondió: “usted está en el lugar equivocado”, entre aplausos y alaridos de los presentes en el pequeño gimnasio de un pueblo en la ruralidad de Pensilvania, una zona muy religiosa, no necesariamente conservadora. Pudo haberlo ignorado, pero no lo hizo. Harris perdió ese condado, que antes tenía ganado.
Los detalles importan en las elecciones, aunque no lo crean.